El condominio Edificio del Norte, una de las construcciones verticales más grandes del país se realizó con dos préstamos del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) que sumaron 12.6 millones de dólares. La sociedad beneficiada fue Desarrollos del Norte S.A. (Denorsa), una compañía sin experiencia en ese ramo, con tres meses de constituida al momento de la aprobación del crédito, que responderá con el edificio si fallan los pagos, dijo su presidente, Rafael Chamorro Fletes.
Según los documentos oficiales, el consejo directivo del INSS aprobó el seis de marzo de 2013 un monto inicial a Denorsa por 4.2 millones de dólares, cuando la sociedad fue creada con un capital semilla de 50 mil córdobas, equivalente a unos dos mil dólares. El préstamo paga siete por ciento de interés, una tasa extremadamente preferencial según consulta a empresarios y expertos.
El plazo acordado para el pago de ese crédito inicial fue de diez años. Un año y ocho meses después, el 10 de noviembre de 2014, ampliaron el financiamiento. La tabla de crédito, en poder de LA PRENSA, indica que agregaron 8.4 millones de dólares y se estableció entonces como fecha de vencimiento del crédito el 24 de enero de 2030.
La totalidad de los préstamos fue admitida por el actual presidente de Denorsa, Rafael Chamorro Fletes, en una entrevista telefónica en la que se negó a responder cómo el Seguro Social había aprobado el crédito en estas condiciones. Hoy se cumplen 24 días desde que LA PRENSA envió una nueva solicitud de información– esta vez sobre el caso de Edificio del Norte– al presidente del INSS, Roberto López.
En recepción del edificio central del INSS respondieron que aún tramitaban la respuesta y, contrario a la Ley de Acceso a la Información Pública, que da 15 días para responder cualquier inquietud de información, “a veces el tiempo podía ser mayor porque los jefes de áreas enviaban para su aprobación la respuesta al propio presidente ejecutivo (doctor Roberto López)”.
El omnipresente Tirso Celedón Lacayo
El 28 de julio pasado, LA PRENSA reveló que, aunque los directivos del INSS no están facultados por la ley para aprobar créditos para este tipo de construcciones de lujo, éstos autorizaron préstamos para la construcción de Edificio del Norte, condominio San Sebastián y Pinares de Santo Domingo, tres proyectos relacionados con el empresario Tirso Celedón Lacayo, directivo del Banco Corporativo (conocido también como el banco de Albanisa).
Celedón Lacayo, además de receptor de los fondos INSS en su carácter de desarrollador inmobiliario, fue contratado por las autoridades del mismo INSS para administrar los bienes inmuebles del Seguro a través de una sociedad anónima que presidía, Consorcio Inmobiliario Centroamericano, S.A. (Consicasa).
LA PRENSA confirmó en el Registro Mercantil de León que la presidencia de Denorsa la ostenta actualmente el abogado Rafael Chamorro Fletes, uno de los socios fundadores de Consicasa, la empresa de Celedón Lacayo a la que el INSS le encargó la administración de sus bienes inmuebles.
En la única entrevista que Tirso Celedón Lacayo dio a La Prensa sobre este tema, dijo que él actuó como “consultor” en el proyecto Edificio del Norte (propiedad de Denorsa), pero documentos legales en poder de LA PRENSA revelan que Celedón Lacayo era socio y presidente de Denorsa desde agosto de 2013, cuando los “socios” originales de Denorsa le transfirieron las acciones.
Hay que recordar que Denorsa fue creada tres meses antes de la aprobación del financiamiento, es decir el diez de diciembre de 2012. En la escritura de constitución figuran como socios Álvaro Antonio Salazar Orozco, quien reconoció que se gana la vida como ejecutivo de ventas, pero luego ya no quiso ofrecer ninguna declaración a LA PRENSA, y Juan Carlos Reyes Vega, cuya dirección en la cédula indica que vive en la Colonia Morazán, sin embargo en el sector los vecinos dijeron que no lo conocían.Según la documentación, estos socios iniciales transfirieron sus acciones a Celedón.
El actual presidente de Denorsa, Rafael Chamorro, no quiso ahondar sobre la transacción aprobada por el Seguro. “Yo no respondo lo del otro. Sinceramente no importa. ¿Por qué seguís buscando cuatro pies al gato? Las sociedades así funcionan”, dijo Chamorro Fletes.
Según la documentación del Registro Mercantil de León, los actuales socios de Denorsa son su presidente Chamorro Fletes, Rodrigo Alfonso Cuadra y el abogado José Inocencio Jarquín. El socio mayoritario es Chamorro con 77 acciones, Cuadra tiene 23, mientras el tercero actúa como vigilante.
INSS es un prestamista “más fácil”
Chamorro Fletes dijo que buscaron el INSS para financiar el proyecto, y no un banco, porque los fondos son más fáciles de conseguir, el mismo argumento que utilizó en su momento Celedón Lacayo.
El abogado defendió que el edificio sea la garantía de pago de los préstamos millonarios del Seguro Social. “¿Cómo que qué había quedado (de garantía)? ¡El edificio!. Ideay (ríe). ¿Y te parece poco? De verdad, Octavio, no sé por qué, les gusta buscar pies al gato. El edificio es suficiente garantía porque cubre el préstamo, pero además son dos préstamos. Uno primero que se cubre con lo que se va avanzando en la construcción del edificio, y uno segundo que cubre el edificio. Por supuesto, ya terminado vale más que eso”.
Esquema de financiamiento no está autorizado
Los préstamos del INSS al sector privado fueron revelados por LA PRENSA en enero pasado, cuando se descubrió que 1.2 millones de dólares de fondos los asegurados fueron destinados para la construcción del condominio Planes de Altamira. Estos fondos fueron aprobados a la sociedad Teleconstrucciones Guillén, S.A, constituida por el güirisero Santos Guillén, su supuesto presidente, quien aseguró que nunca había participado en la creación de ninguna empresa, mientras “su socio” el contador Daniel Sirias Quiroz falleció 35 días antes del primer desembolso.
El edificio Planes de Altamira fue construido por el directivo privado del INSS, Alfonso Silva, quien admitió que fue “subcontratado” por los dueños de Teleconstrucciones, a quienes dijo no conocía. El caso provocó un escándalo y la promesa pública del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) de que investigarían el crédito y elaborarían, para prevenir futuros conflictos de interés, un reglamento de ética que regularía la actuación de los 43 directivos privados que participan en las juntas directivas del Estado. Al final no ocurrió.
“No tengo por qué ser millonario”
Chamorro Fletes se incomodó cuando se le preguntó si él tendría cómo respaldar el crédito. “Si lo que pretendés es que te diga que yo soy millonario, no tengo por qué serlo. Simple y sencillamente así se hacen los negocios. Se construye, se hace préstamo, se financia, se construye, eso es el respaldo y ahí está. Si nos fuera mal, ahí está el edificio entero que respalda ese préstamo. Así se construyen las cosas. Ustedes siguen buscando esa idea de empresas familiares, la gente tiene dinero, aquí no”, insistió mientras negaba que existan atrasos con los pagos al INSS.
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