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España reconoció la Independencia Nacional de Nicaragua

Todos sabemos que Centroamérica se independizó de España el 15 de septiembre de 1821 y que nos independizamos del resto de Centroamérica en 1838.

Pero casi nadie sabe que en diciembre de 1836 la reina de España Isabel Segunda ordenó a las cortes que se firmaran tratados de Paz y Amistad con las nuevas repúblicas de la América Española, con lo que implícitamente se reconocía la independencia de Nicaragua.

No era suficiente, ya que Costa Rica pretendía derechos sobre el río San Juan y el Lago de Nicaragua (Tratado Carazo-Soto). El 9 de febrero de 1850 envían a Felipe Molina como embajador en Inglaterra.

Molina se reunió con Lord Palmerston. Molina ofreció convertir a su país en un protectorado inglés, con la finalidad de que estos se tomaran la Mosquitia, condicionado a que San Juan del Norte fuera aceptado como territorio tico. El inglés dijo que no le convenía a Cosa Rica, pero Molina insistió y el inglés, dijo: “Primero necesito que la independencia de Costa Rica sea reconocida por España”.

Corrió Molina a España, en los meses de abril a junio de 1850 presentando un tratado de “Amistad y Comercio”, en el que incluye la aceptación de la independencia de Costa Rica.

En dicho Tratado se dice: Art. 10: “En caso de efectuarse por el territorio de Costa Rica, en todo o en parte, la proyectada comunicación interoceánica… los españoles tendrán los mismos derechos…” Con el reconocimiento los ingleses podían proceder a incorporar la Mosquitia y Costa Rica se quedaba con lo pretendido.

Empero Molina tiene que abandonar España el 23 de junio de 1850 con el tratado sin ratificar, lo que aprovecha Nicaragua para conseguir su tratado de aceptación de su independencia.

Todo esto se debe a José de Marcoleta, español, pero nicaragüense de corazón, quien logró que España firmara su tratado de “Paz y Amistad con Nicaragua”, de 20 de julio de 1850, logrando incluir en el Art. 2°: “En su consecuencia S.M. Católica reconoce como nación libre soberana e independiente, a la República de Nicaragua, con todos los territorios que le pertenecen de mar a mar…”

Con estos antecedentes es que Nicaragua logra sentar en Managua a Inglaterra en 1860 y se firma “el tratado de Managua”, mediante el cual Gran Bretaña reconoce el pleno dominio de Nicaragua sobre la Costa Caribe.

Con el tratado de Managua, Carlos Alberto Lacayo y Rigoberto Cabezas defienden la soberanía de Nicaragua ya en la época de Zelaya.

El autor es abogado, dirigente retirado del Partido Conservador de Nicaragua.

Opinión Costa Rica
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