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¿Quién causa tanta alegría?

Desde 2007 la celebración de nuestra Madre Santísima, la Inmaculada Concepción de María la Purísima, dogma de fe de la Iglesia católica, nos encuentra en situación caótica, como que se ha empeñado en que la celebración sea cada vez más dolorosa. Pero en medio de ese dolor, tragedias y luto siempre tenemos el amor para la celebración debido a que nuestro amor hacia ella está en nuestro ADN, como dicen los extranjeros.

Este año ha sido diferente debido que ahora no solo Nicaragua continúa sufriendo, también lo está el resto del mundo con un virus que no da tregua e igual que en el pasado a Europa la tiene de rodillas y en América azota fuertemente a Estados Unidos y Brasil.

Ante esta situación, ¿cómo celebrar a la virgen en lugares devastados por huracanes y el virus mortal?

No importa el lugar, una panga puede servir de altar y el pueblo le dirá que está sufriendo, sin casa, sin muebles, sin nada, que solo están con la ropa que llevan en su cuerpo, pero en el corazón de cada nicaragüense ella ocupa el mejor lugar.

Quisiera oír de la Virgen si ella aprueba lo que sufre su pueblo, porque solo el anticristo realizará y azotará pueblos enteros si no se someten a lo que él piensa y a sus dominios, despojará a los jubilados de sus pensiones.

María estuvo en el paso de los huracanes, sufría y protegía a sus hijos de la Costa Caribe y central del país, acude a los centros de ayuda y vuelve a ser revictimizada en su forma más cruda por no poseer la moneda con la cara de Herodes.

No hemos sido ajenos a la pandemia mundial y la Arquidiócesis de Managua nos orientó este año celebrar la novena a la Purísima en un ambiente familiar. Y lo mejor es ser obediente, no por ello se minimiza la Gritería ni el grito de ¿Quién causa tanta alegría? ¡La Concepción de María! Por el contrario, al ser íntima nos unimos como familia.

También nos hemos solidarizado con nuestros hermanos damnificados por donde pasaron los huracanes, porque “el buen gobierno” prohibió que se pida ayuda para ellos, los únicos que pueden recibir ayuda son sus afines.

¡Madre: Unos necios se empeñan en creerse predestinados por tu hijo para destruir esta nación! ¡Madre: fuiste tú quien profetizó el magníficat, te rogamos que se haga realidad en Nicaragua!

¡Virgen madre, tú no amas injusticia ni al que dice amar a tu hijo, si no ama a su prójimo porque no piensa como él!

¡Te necesitamos, madre, para que intercedas ante tu amadísimo hijo como lo hiciste en Canaán! 

El autor es comentarista político.

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