Algunos opositores al régimen se han proclamado candidatos a la presidencia para recuperar el Estado de derecho que Nicaragua urge, otros que aún no se deciden argumentan que no es el momento, que se debe esperar las reformas electorales.
Resulta que la dictadura lleva catorce años en una campaña constante y represiva contra los que se oponen a las barbaridades que cometen contra un pueblo sumido en pobreza y represión y cada vez que llegan las elecciones, elimina a sus opositores, en esta ocasión hasta con unas llamadas “leyes” del terror.
Hace unos pocos días, bastó que Cristiana Chamorro insinuara que quería ser candidata presidencial y la dictadura tembló, así, ¿por qué esperar las reformas electorales? La mal llamada oposición nicaragüense necesita un rostro visible que comience a realizar campaña, sea o no tiempo de candidaturas, el o los candidatos necesitan enfocarse en el tema de los presos políticos, el Covid-19 mal manejado por el régimen, energía eléctrica, la gasolina, el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), educación, prometer llevar ante la justicia a la dictadura, la derogación de las “leyes infames” y hablarle a la dictadura en los mismos términos que ella lo hace contra sus opositores.
Los candidatos o precandidatos han hablado con la verdad, todos, incluyendo la respuesta contundente de la periodista Chamorro a la vicedictadora.
Pero sin unidad, no avanzamos, y casi a diez meses del día “E”, el pueblo continúa esperando la tan ansiada unidad opositora, mientras el tiempo pasa y los mismos opositores terminan alejándose cada día más entre ellos mismos. En algunas ocasiones decepcionan.
Han resultado demasiados candidatos que partidos políticos con personalidad jurídica y parece que los que no representen la unidad se marcharán con un partido político de poca credibilidad.
Para lograr que las reformas electorales se realicen acorde a lo que el pueblo quiere para unas elecciones transparentes, y según lo que dictó la Organización de los Estados Americanos (OEA), primero debe darse la unidad, no es lo mismo enfrentar la dictadura en un solo bloque que ir dispersos a exigir reformas.
Pero sí, es imperioso un rostro visible a Nicaragua lo más pronto posible, no perdamos este momento único, como le pasó a Bolivia. Si perdemos, que no sea por falta de unidad, debemos hacer a un lado la arrogancia.
En Bolivia, desgraciadamente comprendieron demasiado tarde que habían tirado por la borda tanto sacrificio que hizo el pueblo boliviano para librarse de un perverso dictador, pero también en Nicaragua vivimos cosa igual en las elecciones de 2006 y por eso estamos sufriendo las consecuencias.
Si la oposición continúa con que cada quien por su lado, que ni corran porque estamos listos.
El autor es comentarista político.