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La abstención electoral

¿Es la abstención electoral una opción? Sí lo es y favorece al régimen.

¿Qué hace el que se abstiene? Se aísla, se encierra, el que puede se va del país y el otro, que también puede, se dedica a vivir su vida. Otros intentan boicotear las elecciones.

¿Disponemos de otros medios de lucha además de la electoral? Sí, como la armada, los hechos demuestran que luego de esta se instalan dictaduras iguales o peores que las que se combatieron.

Participar denunciando, participar enfrentando, ¡participar retirándose!

Uno de los objetivos de largo plazo del sandinismo ha sido la demolición del Estado de derecho, el sometimiento de los poderes del Estado a la voluntad del monarca. En el Consejo Supremo Electoral la corrupción de funcionarios que facilitaron su utilización hasta convertirlo en un aparato para el fraude y así desmotivar la participación en procesos electorales y alimentar la pérdida de confianza en la capacidad del voto ciudadano para cambiar gobiernos. Asimismo, lograron reducir las misiones de observación electoral a unas de turismo y de simples “veedores” y “acompañantes” que vienen a apañar las irregularidades para luego emitir sendos informes de que todo fue normal.

Por supuesto no me refiero a las Misiones de Observación Electoral de la OEA, Centro Carter, Unión Europea sino al CEELA y otras organizaciones vinculadas al “socialismo del siglo XXI” y al Foro de Sao Paulo para quienes Ortega es su mejor discípulo.

Lo que estamos viendo estos días es la desesperación de la dictadura por evitar que los nicaragüenses votemos, aún en las peores condiciones, lejos de unas elecciones libres, aun así, le temen al voto porque están muy claros, y así lo miden en sus encuestas, que ya este pueblo está hastiado de tantos vejámenes, abusos de poder y corrupción. El abril 2018 provocó un estremecimiento en la conciencia nacional, que despertó y se percató del rumbo que llevaba un proyecto de desarrollismo sin derechos, de libertades restringidas y de una acumulación insoportable de agravios a la dignidad nacional.

Los fraudes electorales y las sempiternas discusiones acerca de votar o no, concurrir o no, si la sociedad civil y no los partidos era más importante, facilitaron el manejo para su propio beneficio al régimen. Una pérdida de tiempo que no permitía dedicarnos a lo sustantivo, como es la construcción de una organización política y a políticas de alianzas como la que en la actualidad encaminamos desde Ciudadanos por la Libertad.

Lo que nos debe quedar claro a todos es que la dictadura teme más al voto que a las balas, porque está preparada para la guerra ya que su visión ha sido la política como la continuación de la guerra por otros medios y lo están poniendo en práctica a través de estos “juegos de guerra” donde la imposición de la lógica armada asfixia los deseos de libertad de la ciudadanía.

Más policías que maestros, más armas que arados, más odio que reconocimiento de derechos y tolerancia hacia el ciudadano. Más represión, más cárcel y más miedo como antídoto para frenar el sufragio que es nuestra arma de lucha cívica. Intentan llevarnos a unas elecciones metidos en una cárcel nacional donde el rehén ya no es el prisionero político sino la nación opositora en su totalidad, lo saben y le temen.

Haber pervertido el sistema electoral ya no es su garantía de que podrán contener las ansias de libertad, de democracia y de paz de las mayorías nacionales y eso no lo detienen las balas.

El autor es miembro del CEN. Partido Ciudadanos por la Libertad.

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