En los primeros días del mes de junio en la comunidad Santa Emilia, al noreste de la ciudad de Matagalpa, una joven de 35 años fue estrangulada por su pareja. Los medios locales dijeron que el sujeto había recibido el indulto que se les da a los presos por delitos comunes.
El 10 de junio a las 10:50 a. m. En la comarca Mina la India, en el municipio El Jicaral, departamento de León, una mujer de 32 años asesinó a su madre de 11 cuchilladas, después de protagonizar una fuerte discusión.
El 22 de julio, una señora de 53 años y su hija, de 29, fueron asesinadas en la comunidad Kurinwasito, municipio de Mulukukú, Caribe Norte, supuestamente por un ser de toda su confianza y que incluso la señora lo había criado como a un hijo y supuestamente se miraba como hermana con la hija de la señora.
Estos son solamente unos ejemplos de los crímenes hacia las mujeres que no paran, aunque se establezca ley de cadena perpetua.
Esto, apenas es un pequeño ejemplo de la brutalidad con que algunas mujeres han muerto por diferentes causas, prevaleciendo el femicidio, ya que fueron víctimas de quien se supone estaba para protegerlas.
El hecho que una mujer asesine a su madre, es algo que causa asombro de terror, se supone que una hija es la que vela por su madre por el hecho de ser mujeres, pero una discusión hizo hervir la sangre a quien de seguro se molestó por supuesta mala conducta que su madre le enrostraba, y pensando en que nadie debe de entrometerse en su vida la ira la cegó y como resultado se convirtió en asesina de su madre.
Este caso es doloroso, pero no hablar de ello es peor que el mismo asesinato. En Estados Unidos y otros países desarrollados, los hijos abandonan el hogar a los 18 años y hacen de su vida lo que ellos quieren sin que nadie les corrija su mala conducta. Esto es contrario a los países latinos, en que casi siempre los hijos llevan a su pareja a la casa, convirtiendo el hogar en un verdadero infierno para los padres, quienes tienen que aguantar el mal trato que su hijo da a su pareja, como si no fuera poco, el desalmado hijo hecha de su propia casa a sus padres y hasta los agrede.
Los vecinos se solidarizan con los padres del desalmado hijo, pero al ver que estos no quieren interponer denuncia en la Policía, se retiran y abandonan a su suerte a los señores.
Hace tiempo, fui testigo de una familia que criaba niños para después tenerlos como trabajadores, nunca como hijos de crianzas porque no les dieron estudios. Estos muchachos cuando crecieron, abandonaron la casa llenos de rencor, sin ninguna gota de agradecimiento.
El femicidio es asunto de no parar, creo que todo radica desde el inicio, muchas veces la mujer no hace caso a los consejos de sus padres.
El autor es comentarista político.