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Las Tres Reinas Magas de Darío

En el cuento, Las Tres Reinas Magas, Darío hace partícipe a las féminas de la importancia del nacimiento de Jesús llegando hasta el extremo de convertir a Cristo en una figura femenina llamada Crista.  

Rubén a través del narrador, consultó a un fraile de barbas blancas que si había visto en un vetusto lugar o empolvado centón, algo que hiciese referencia del involucramiento de las tres esposas de los Reyes Magos cuando fueron a adorar al niño Jesús. En realidad contestó el religioso, —no he visto nada que haga referencia a tu pregunta pero es casi seguro que los Reyes Magos hayan tenido no una sino varias esposas. 

Abandona las viejas erudiciones le dijo el creador de armoniosos sueños, y “escucha el cuento de otras tres Reinas Magas, que han de estar, por cierto, más cera de tu corazón”.

Crista nació en un pesebre de una Virgen Madre y de un Obrero. En la noche de su nacimiento cantaron y bailaron a su alrededor pastores y pastoras. Ella nació para ser coronada Reina de Martirio. 

Una estrella apareció sobre el pesebre que resplandecía desde el Alma de la recién nacida y siguiéndola las tres Magas, llegaron a visitarle.

La primera Reina llegó desde Jerusalén sobre una asna blanca caparazonada de plata y perlas preciosas. La segunda llegó desde Ecbatana sobre un Unicornio. La tercera llegó de Amatune sobre un pavo real. 

La Reina de Jerusalén habló así: Reina del Martirio: —Has de padecer la cruel crucifixión, he aquí el incienso. La de Ecbatana dijo:  —Has de padecer la cruel coronación, he aquí el oro.  La de Amature dijo:  —Has de padecer la cruel transfixión y he aquí la mirra. 

La tierna infanta les contestó: —Yo te saludo reina de la Pureza; —yo te saludo reina de la Gloria; —yo te saludo Reina del Amor y aquí entreveo tres Paraísos:

Entre los tres paraísos: el del incienso, donde imperan las virtudes y el del segundo donde impera el oro y en el del tercero el de la mirra donde “la prodigiosa carne femenina tiñe de rosas los enternecedores crepúsculos” allí Crista ha escogido salvar su Alma:

Concluyendo Darío: “la parte más pura de mi ser tiende a tan mística mansión”, donde “existe un diamante que se llama Fe, una perla que se llama Esperanza y un encendido rubí de amor que se llama Caridad”.   

Cada 6 de enero occidente celebra el día de los Reyes Magos cuando llegaron guiados por una estrella a adorar al niño Jesús hacia Belén. El tema sobre el cual hayan sido hombres o mujeres los/las adoradores/as, ha sido muy controversial y debatido entre las extremistas feministas y los derechistas.  Sin embargo, no sería ningún disparate pensar en esta posibilidad, puesto que según los estudiosos, las prácticas y evidencias de determinadas fuentes históricas no ofrecen datos acertados aún en contra de estas creencias. 

En la mitología egipcia existió la presencia de la Gran Maga llamada Isis considerada reina de los dioses, diosa de la maternidad, del nacimiento, del cielo, de los astros, de la naturaleza y hasta se han estudiado las posibles similitudes entre Isis y la Virgen María, la madre de Jesús. 

Según Octavio Paz en su obra: Las trampas de la fe, Sor Juana Inés de la Cruz consideraba que Isis era la diosa de la sabiduría y que la sabiduría provenía de una mujer. Estableciendo Paz que era la misma diosa Minerva y la misma que en la época helenista se confundía con Deméter, Afrodita, Hera, Ío, (la convertida en vaca) y la misma que veneró Apuleyo. “Así, Isis es uno de los nombres de la sabiduría, el más ilustre, pues está enlazada a la tradición hermética del Egipto, en la cual confluyen la sabiduría pagana y la revelación bíblica”. 

No debemos de ignorar que los Reyes Magos fueron los que educaron al mismo Abraham bíblico. Según Marsilio Ficino citado en García Bazán por un artículo de Paul Andrea sobre El Neoplatonismo Florentino, el primer transmisor de las sabidurías fue el Zoroastro, guía de los magos, el segundo fue Hermes cabeza de los sacerdotes egipcios. Orfeo sucedió a Hermes, Aglaofemo fue iniciado por Orfeo, pasando a Pitágoras y por último a Platón, quien abarcó la sabiduría total y la amplió. Para Ficino según el articulista, la verdad se centraba en el pensamiento y sabiduría del antiguo Egipto y más allá del Egipto de los faraones, de la Persia del Zoroastro.  Zoroastro enseñaría sus saberes a Abraham sobre todo respecto a la creencia de la existencia de un solo Dios verdadero. 

Darío quiso mediante este cuento hacer partícipe a las féminas dentro de la historia bíblica tanto en la dicha del nacimiento de Cristo como del sufrimiento durante su pasión y muerte.  Por esto Crista (la del cuento) estaba predestinada por las tres Magas a padecer del martirio que sufrió Cristo (Bíblico). Rubén sincretiza y crea un paralelismo entre los dolores de parto que sufre la madre de Cristo, al momento de dar a luz, con el dolor de Cristo (Crista) durante su crucifixión en el Gólgota, aunándolos al mismo dolor que también volvió a sentir la Virgen María al ser testigo de la muerte de su Hijo, donde lugar a su transfixión o transfiguración y donde surge un Nuevo Renacer, sembrando sobre la humanidad: el Amor, la Fe y la Esperanza.   

La autora es Máster en literatura española.

Opinión Cristo Rubén Darío
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