La ciudad de El Rama, inundada por enésima vez, lleva su nombre en recuerdo de sus primeros pobladores, nativos caribeños de la etnia rama, que alguna vez poblaron las riberas de los ríos Siquia, Mico, Rama y Escondido.
Antes de ocupar su actual ubicación, El Rama estuvo localizada en la ribera suroeste del río Siquia (Santa Julia, 1877-1880), lugar caracterizado por la presencia de fangos y terrenos sensibles a inundaciones. Paradójicamente, por esta razón decidieron reubicar la ciudad en el lugar que actualmente ocupa, resultando el remedio peor que la enfermedad: la ciudad se inunda cada dos por tres.
El Rama se ubica en la confluencia de tres caudalosos ríos: Siquia, Mico y Rama, los que a su vez le dan origen al río Escondido. El río Rama se une al Escondido en forma perpendicular a la ciudad de El Rama, a escasos metros del local que ocupa la alcaldía municipal y la iglesia San Isidro, potenciando con ello el riesgo de que se presenten inundaciones de gran magnitud, tal a como ocurre en cada temporada lluviosa.
Entre los meses de junio y noviembre, El Rama espera desprotegida los embates de los fenómenos hidrometeorológicos propios de la región, teniendo como consecuencia que el nivel de las aguas del río Escondido se desborden sobre la ciudad, generando las ya conocidas y habituales inundaciones de la ciudad, que sumergen literalmente numerosas viviendas.
Las inundaciones más impactantes han ocurrido durante los meses de octubre y noviembre. De acuerdo con registros históricos, en octubre, El Rama ha sufrido severas inundaciones debido a los huracanes Juana (1988), Lili (1996), Mitch (1998), Beta (2005) y Julia (2022); en noviembre ha sido afectada por los huracanes Gordon (1994), Ida (2009), Otto (2016), Iota (2020).
Hay reportes de septiembre de 1954, que indican que El Rama “está sufriendo quizás la más grande inundación de los últimos decenios… Las últimas y torrenciales lluvias que han estado cayendo sobre esta región han provocado el desborde de las aguas del río Escondido que parcialmente ha inundado la ciudad afectando casas, postes telegráficos, actividades comerciales y el tráfico de embarcaciones, entre otras”.
El pasado 6 de julio (2022), un poblador de El Rama narraba: “El río subió anoche y la pobre gente de barrios bajos no puede regresar a sus casas. Toda la siembra perdida, hay casas que ni el techo se ve, son casitas humildes, ganado ahogado, pérdida en ventas de leche, las empresas no pueden enviar sus camiones a recolectar la leche, comercio de cerdo igual, la mayoría de eso viven”.
En las redes sociales abundan fotos, videos y testimonios de los efectos de las inundaciones provocadas por el huracán Julia el pasado 9 de octubre y días subsiguientes. Después de más de una semana, El Rama aún sigue inundada.
Las lluvias y la crecida de los ríos no se pueden evitar, por lo que esta historia de inundaciones se repetirá mientras no se tomen medidas que impidan que el río Escondido desborde sus aguas hacia la ciudad de El Rama. Algunas acciones podrían ser:
La reubicación de la ciudad a un área más segura. Tiene un gran costo económico, político y social. Es probable que los pobladores no se quieran reasentar y también es posible que las autoridades no quieran desgastarse políticamente con una medida de esta magnitud.
Otra acción pudiera ser la construcción de un dique que encauce las aguas del río Escondido a su paso por la ciudad de El Rama. Una obra faraónica, que conllevaría una enorme inversión financiera.
El manejo sostenible de las cuencas de los ríos Siquia, Mico y Rama atenuaría el caudal de sus ríos, pero por la ubicación geográfica de la ciudad de El Rama, esto no garantizaría que no ocurra el desbordamiento del río Escondido y con ello las inundaciones en la ciudad.
¿Se está pensando en solucionar el problema? ¿O estarán condenados los pobladores de El Rama a cohabitar con los embates de las inundaciones, evacuando y reconstruyendo en cada época de lluvias?
Ante la falta de acciones de prevención y mitigación del riesgo de inundaciones, pareciera que tanto pobladores como autoridades de la ciudad de El Rama, están resignados a convivir con este martirio.
El autor es ingeniero civil, especialista en recursos hidráulicos y en manejo de recursos naturales.
