14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Victoria agridulce de Lula da Silva en Brasil

El  domingo 30 de octubre se celebró en Brasil, la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, a gobernadores, algunos diputados y senadores que en la primera vuelta no lograron superar el 50 por ciento del voto popular necesario para salir electos. Esta segunda vuelta dio la victoria a la coalición de 10 partidos encabezados por el PT de Lula, en la iban coaligados desde la izquierda extrema hasta partidos de derecha, logrando en esta ocasión el triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva, líder del PT por una pírrica distancia de 1.8 por ciento al conseguir el 50.9 por ciento de los votos contra el 49.1 por ciento de los votos conseguidos por Jair Bolsonaro, que equivalen a unos 2  millones de votos más o menos, sobre un censo de 124 millones de votantes.

Lula obtuvo, 60,495,999 votos y Bolsonaro 58,206,354 votos. Con esta victoria Lula da Silva vuelve al poder después de 20 años, al haber gobernado en dos periodos de 2003 a 2010, con su partido petista (PT) y que después de eso fue incluso juzgado por corrupción en los casos del Lava Jato y otros, de los que fue después encarcelado y finalmente fue exonerado por defectos procesales y no por haberse dictado una sentencia que lo absolviera de los delitos por los que fue investigado. A este respecto Lula dijo que resucitó en contra de lo que pensaban sus enemigos que era un cadáver político en sus primeras palabras después de ser proclamado electo y lo que no volveré a citar.

Llega a la presidencia bastante apretado, en lo que se refiere al hecho que el bolsonarismo se ha llevado la mayor parte de diputados y senadores propios y asociados, por lo que políticamente lo tendrá bastante duro para aprobar leyes que tengan que ser aprobados por la Cámara de Diputados y la de Senadores, lo que representa un grave obstáculo a los proyectos que forman su programa de gobierno.

Por otro lado, también Lula no tiene el poder territorial ya que la mayoría de los gobiernos de los estados federados, también están en poder de los partidarios de Bolsonaro, y así vemos por ejemplo que los dos grandes estados de Sao Paulo y Rio de Janeiro estarán gobernados por candidatos electos del bolsonarismo, como su antiguo ministro de infraestructuras y militar en retiro Tarsicio de Freitas; y gana también el estado de Río de Janeiro, en la persona de Claudio Castro del círculo cercano a Bolsonaro. Ambos estados son motores importantes del mundo económico y financiero del país, entre otros estados y de los 27 que hay en el país la mayoría han ido a candidatos del bolsonarismo o cercanos a su proyecto. Un dato curioso a estos efectos es que Pernambuco, el estado natal de Lula, será gobernado por Raquel Lyra, conservadora, en medio de la región  más de izquierdas del país como lo es el noroeste. Por lo tanto en este aspecto habrá otro escudo contra el lulismo en el poder territorial que le dificultará su gobierno.

Lula da Silva, es uno de los fundadores del llamado Foro de Sao Paulo, junto con Fidel Castro y Hugo Chávez, gobernantes en su época que representaban la extrema izquierda, y que en esa época también eran sus aliados los gobiernos de Bolivia con Evo Morales, Ecuador con Rafael Correa y Nicaragua con Daniel Ortega, quienes además son parte del llamado Grupo de Puebla, que es también un foro político y económico formado por gobiernos de centro izquierda e izquierdistas extremos. Veremos más adelante que pasará con Lula como referente que ha sido de estos grupos.

Hay que destacar la rapidez con la que se contaron los votos para las distintas elecciones que se realizaron el domingo pasado, lo que ha sido considerado por todos los que las observaron en situ y online como unas elecciones libres, justas y transparentes. En un plazo que duró aproximadamente tres horas después de cerrarse las votaciones ya tenían los resultados ajustados a las reglas electorales nacionales y a los estándares internacionales. Fueron pues unas elecciones completamente democráticas y así lo ha visto todo el mundo.

Desde el momento en el que el órgano electoral, proclamó con el 88.6 por ciento ya de manera irreversible a Luiz Ignácio da Silva como presidente electo, y hasta el momento en que escribo esta columna Jair Bolsonaro, el perdedor de estas elecciones se ha mantenido en un mutismo absoluto, no diciendo si reconoce o no la victoria de su contrincante, lo que ha causado una serie de rumores en torno a esta cuestión. Ni sus más allegados que tiene dan razón de esta difícil tesitura. Algunos de sus aliados si se han pronunciado reconociendo la victoria de Lula.

Hay que también referirse con el resultado de estas elecciones, a que el giro a la izquierda de América Latina se ha confirmado y que las economías de las 5 grandes naciones de este continente como son Méjico, Argentina, Colombia, Chile y ahora Brasil, la economía más potente se pone al frente de este grupo y que por lo tanto la política internacional de Lula, estará muy ligada a las demás naciones citadas.

La mayoría de países del mundo reconocieron pronto la victoria de Lula, desde los EE. UU. de Joe Biden, hasta China, los países que forman la Unión Europea, Rusia, Japón y todos los gobiernos de América Latina y del Caribe, lo que constituye un fuerte apoyo a nivel internacional para el nuevo gobierno de Lula, que deberá tomar posesión del cargo el 1º de enero de 2023 y se extenderá hasta 2027, si no pasa nada.

El problema es que estas elecciones han demostrado la polarización que se vive el país, dividido dos partes. Por una parte lo seguidores de Lula y del otro los del Bolsonaro que cuenta que aun perdiendo conserva un importante poder a todos los niveles, lo que no permite avizorar un periodo tranquilo y pacífico para el nuevo gobierno que ha salido de estas cruciales elecciones para el futuro del país más grande del continente americano.

En su discurso dado una vez que el tribunal de elecciones lo declarara electo, Lula ha dicho ante sus seguidores en la avenida Paulista donde estaban concentrados una legión enorme de sus seguidores, que él será el presidente de todos los brasileños, que su gobierno cuidará de modo especial el medioambiente y sobre todo evitará la deforestación de la Amazonía, que tratará de cerrar la brecha que hay entre las distintas clases y comunidades que conviven en Brasil, que respetará la libertad religiosa sin privilegiar a ninguna de las existentes, es la hora de unir a la familia, Brasil no quiere más divisiones, es necesario reconstruir este país y su alma. El respeto a sus diferencias y que su compromiso más importante es lograr que todos los brasileños puedan tener su desayuno, almuerzo y cena cada día.

Como se ha oído, Lula ha medido milimétricamente cada una de sus palabras para no levantar resquemores y enfrentamientos, pero a mi modesto de entender tendremos que esperar a que tome posesión del cargo y ver si cumple los compromisos adquiridos y la confianza que el pueblo ha depositado en su persona.

El autor es abogado.

Opinión elecciones presidenciales Izquierda.
×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí