DRA. MARÍA LUZ ANDRÉ
MÉDICO NUTRICIONISTA CLÍNICO
La retención de líquidos aparece en ciertas situaciones fisiológicas (embarazo, menopausia, premenstrual) y en varias enfermedades (cardíacas, renales, hepáticas, etc.).
La mala circulación, junto con las horas que pasamos de pie o sentados, y las altas temperaturas son un cóctel explosivo que da a nuestras piernas un aspecto nefasto, que se traduce en dolor y molestias a la hora de permanecer de pie.
Las duchas frías ayudan a mejorar la circulación, la aplicación de vendas frías, técnica que realizamos en nuestro spa, tiene una notoria mejoría (aunque hay que aguantarse el frío).
Aplicar masajes de drenaje linfático para acelerar la circulación es una buena manera de poner remedio a este problema, lo mismo que estirar, ya que con ello lograremos una mayor rapidez de respuesta de nuestro sistema circulatorio. Realizar estas prácticas dos veces por semana es muy recomendable.
Desintoxicarse para eliminar toxinas retenidas en el organismo, que son causa de retención hídrica.
La alimentación es un punto clave para mejorar la circulación. Es necesario evitar alimentos ricos en colesterol, que acaban por obstruir las arterias y dificultando la circulación, con el riesgo que ello conlleva a sufrir infartos. Para lograrlo debemos dejar de lado alimentos ricos en grasa como las carnes grasas, los dulces, los fritos.
Los suplementos de hierbas correctamente indicados por su médico pueden resultar de gran ayuda (alcachofa y drenabien).
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