ELBA CRISTINA PARRALES
¿Te traicionan los nervios? ¿Ante ciertas circunstancias te sonrojas, sudas o tartamudeas? ¿Se te bloquea la mente y te quedas sin habla?
Esto es producto de los nervios, que son una reacción normal como respuesta a algo que intimida, algo que nunca se ha hecho, cuando se está bajo presión o algo que nos da vergüenza.
A veces pueden ser situaciones comunes como hablarle a una persona, cuando se recibe un halago o situaciones más complejas, como hablar frente a una multitud.
A pesar de que ponerse nervioso es considerado como algo normal, hay quienes pueden presentar un problema severo y algunas personas necesitarán atención y tratamiento médico. Pero si se trata de nerviosismo por timidez, se puede controlar.
“Cuando una persona se pone nerviosa, tiene cambios corporales porque se encuentra ante una situación que le produce ansiedad. Significa que hay un aumento de las hormonas del estrés”, explica la psicóloga Karla Caballero.
Agrega que una persona es nerviosa por un problema circunstancial o por trastornos más graves provocados por experiencias vividas.
Reacciones inesperadas
Cada persona reacciona distinto cuando se siente nerviosa y presenta distintos cambios físicos. Algunas se ponen inquietas, otras se quedan calladas, pero es común la sudoración, el enrojecimiento en el rostro o pecho, malestares estomacales, náuseas, temblor corporal, dificultad para concentrarse y manifiesta estrés.
Los nervios son provocados por situaciones diferentes, en algunos casos se originan por miedo, pensamientos negativos como el fracaso o malas experiencias previas.
Si se trata de una entrevista de trabajo, dar un discurso, resolver un problema con alguien o bien algo positivo como recibir un premio, halago o en el caso de las mujeres, cuando van a dar a luz, es importante mantener la calma, hacer ejercicios de respiración y ante todo mantener pensamientos positivos, relajantes que ayuden a pasar ese rato que no permite que uno actúe con naturalidad.
La psicóloga Karla Caballero recomienda aprender a controlar tanto las emociones como los pensamientos, ya que así podrá actuar de manera más tranquila y afrontará mejor la situación que la pone nerviosa.
“Aunque al inicio parezca muy difícil, se puede llegar a tener el control de lo que produce temor, incertidumbre o vergüenza. Esto se logra teniendo una actitud positiva para que responda de manera más calmada. Si se logra controlar la mente, el cuerpo se relajará”, asegura la psicóloga.
Identificar las situaciones que más nervios provocan ayudará a enfocarse en ellos. Caballero afirma que los ejercicios de respiración son efectivos porque relajan todo el cuerpo y, si está ante algo más duradero, tomar un baño o un té de manzanilla ayudará a que el cuerpo y la mente se relajen.
“En la medida de lo posible no huya de lo que le ocasione los nervios. De esta manera se acostumbrará a vivir ciertos momentos incómodos y poco a poco dejará de ponerse alterada”, concluye la especialista.
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