ELBA CRISTINA PARRALES
Se estima que alrededor de 300 millones de personas a nivel mundial sufren de hepatitis B. La principal causa es el uso excesivo del alcohol en un 65 por ciento.
La hepatitis es una inflamación del hígado causada por un virus. Esta enfermedad causa preocupación debido a que generalmente es asintomática, causa brotes y se propaga de forma epidémica y genera mortalidad.
El doctor y cirujano Bayardo Bravo, especialista en Química y Farmacia del Centro Médico Santa Fe, explica que los principales tipos de hepatitis se clasifican en A, B y C, pero son el tipo B y C los que dan lugar a una afección crónica en cientos de millones de personas y son en conjunto la causa más común de cirrosis y cáncer hepáticos.
Las enfermedades hepáticas afectan principalmente la función del hígado, el encargado de la producción de la bilis, y el que ayuda al metabolismo, al crecimiento y la energía.
“La afectación puede ser inmediata o crónica, la cual se desarrolla a largo plazo. Puede darse de manera congénita o puede ser adquirida”, afirma Bravo.
Las otras causas, explica, son daños directos a las células del hígado, consumo excesivo de alcohol y enfermedades del hígado graso. Debido a que el hígado tiene funciones muy importantes en el organismo, está susceptible a verse afectado por varias razones: ya sea infeccioso, por virus, bacterias, hongos o parásitos. También por sustancias metabólicas, tóxicas o por medicamentos.
“El hígado es un órgano tan noble que tiene la capacidad de que aún teniendo dañadas las dos terceras partes sigue funcionando y por eso generalmente los síntomas se dan cuando la enfermedad está avanzada”, explica el especialista.
La diferencia en cada tipo se basa en sus características y el método de transmisión. La hepatitis A se adquiere vía oral, a través de alimentos o agua contaminada. La hepatitis B y C se adquieren mediante inyecciones, transmisión sexual o por compartir agujas.
Diagnóstico seguro
Para saber en qué estado está el hígado, existen pruebas como la biopsia, pero esta puede ser invasiva y de alto riesgo para el paciente.
“Tenemos a la disposición exámenes de Fibro Test y Fibro Max, se realiza como una prueba de sangre y es efectiva. Una vez que sabemos en qué estado está el hígado, se procede a darle medicamentos específicos al paciente”, explica Bravo, quien agrega que la prueba Fibro Test identifica mediante marcadores bioquímicos el grado de fibrosis del hígado. El Fibro Max evalúa los niveles de grasa en el hígado producido por el alcohol.
Si tiene antecedentes de hepatitis, ingiere alcohol con frecuencia, o si tiene enfermedades metabólicas como la diabetes, obesidad, colesterol alto, triglicéridos o hipertensión, se recomienda que se realice la prueba para evitar que la enfermedad se vuelva crónica.
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