ANDREA GABRIELA CARBALLO
Unos pies sanos y bonitos pueden verse opacados por la aparición indeseable de callosidades, cuyas causas son más comunes de lo que parece, ya que su presencia afecta al 90 por ciento de las personas.
Las callosidades se forman debido al roce constante y prolongado en ciertas áreas de la piel. Estas se van engrosando y endureciendo, formándose así una capa superficial dura y rugosa de color amarillento.
Según Luis Villavicencio, podólogo de la Clínica Don Pie de Altamira, las callosidades duras se dan generalmente por encima de las falanges (huesos de los dedos de los pies), que puede ser provocada por la elección incorrecta del calzado, una media muy ajustada o porque se padece de Pes Cabus, que es cuando el arco interno es demasiado alto.
Usar zapatos puntiagudos también suele ocasionarlos, ya que el pie se somete a mucha presión que no puede soportar.
Las personas que pasan mucho tiempo en una oficina son muy propensas a padecer este tipo de callosidades, porque no cuentan con el espacio adecuado para acomodar todos los dedos y también por la presión que ejerce el cuerpo sobre el pie hacia el material del zapato.
El podólogo explica que también existen callosidades que se encuentran en la parte metatarsal (planta del pie), en cualquiera de los tres puntos de apoyo del pie: talón, la base del quinto metatarso (huesos anteriores a los dedos) o la base del primer metatarso, que es el dedo gordo. Este problema también puede ser causado por el desgaste de los metatarsos.
Las callosidades blandas, según Villavicencio, se forman en medio de los dedos y también son provocadas por la presión que ejerce el zapato ajustado y por la humedad que permanece en ellos, lo cual las hace aún más molestas en algunos casos, ya que pueden causar dolor, humedad y grietas.
Las callosidades también pueden aparecer en las puntas inferiores de los dedos, producidas por el levantamiento del arco interior del pies cabus. También se produce el llamado dedo martillo, donde los dedos se recogen y lo primero que pega en el zapato es la punta inferior del dedo.
Tratamiento
Antes de recomendar el tratamiento adecuado, se debe hacer un diagnóstico previo y advertir que si no se usa el calzado adecuado, es decir que no haga presión en el pie, las callosidades no se desaparecerán.
Para tratarlas hay que diagnosticar si es un problema de metatarso. Si la callosidad es en la base del pie se puede solucionar usando botas metatarsales o plantillas para elevar la posición del metatarso.
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