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Bebé Alejandro Javier Ávila Amador, de 5 meses. La prensa/ C. HERRERA.

Su cabecita y su salud

Cuando un bebé nace es importante conocer cada uno de sus detalles, y su cabecita no es la excepción, ya que su tamaño puede indicar enfermedades y síndromes.

Auxiliadora Rosales

Cuando un bebé nace es importante conocer cada uno de sus detalles, y su cabecita no es la excepción, ya que su tamaño puede indicar enfermedades y síndromes.

Los especialistas consideran que un bebé recién nacido debe tener un contorno craneal de aproximadamente unos 36 cm, pero dependerá mucho de su talla y sexo.

Esta medida (perímetro cefálico) forma parte de la rutina del pediatra para verificar el desarrollo sano del niño.

El perímetro cefálico o craneal es la medida del contorno de la cabeza en su parte más grande.

“Se mide utilizando una cinta métrica, que debe situarse sobre las orejas y por encima de las cejas”, precisa la doctora María Mercedes Somarriba, pediatra del Hospital Central de Managua.

Para la doctora Somarriba es muy importante el tamaño de la cabeza “porque si crece aceleradamente de un mes al otro hay que estudiarlo hasta descartar que sea un problema de hidrocefalia (acumulación de líquido dentro del cráneo alrededor del cerebro, lo cual genera que parte o toda la cabeza sea más grande)”.

Otra de las causas de una cabeza grande podría ser meningitis, que es la inflamación del cerebro (membranas y envolturas) y la médula espinal causada por gérmenes (bacterias, virus, hongos y parásitos). También podría ser una señal de sangrado interno de la cabeza y hasta tumores cerebrales.

CABEZA MUY PEQUEÑA

Si por el contrario, la cabeza es muy chica o microcefalia y no presenta un tamaño normal podría ser un indicador de que algún síndrome no permite el crecimiento de la cabeza y hasta de una mala nutrición. “Podría ser el Síndrome de Torch, que es una infección materna que afecta al feto en gestación”, explica Somarriba.

El síndrome corresponde a un conjunto de síntomas y signos producido por una serie de agentes infecciosos: virales, parásitos y otros como la toxoplasmosis, rubéola, herpes, VIH, Hepatitis B, sífilis.

La doctora Somarriba considera necesario mantener el control del crecimiento de la cabeza, anotándolo en las tablas de crecimiento y desarrollo del bebé para su mejor control.

LA MOLLERA

Para la experta, también en la fontanela o mollera hay que poner mucha atención, ya que indican que los huesos no están cerrados, sino abiertos. Ese espacio abierto es lo que permite el crecimiento del cerebro. Si se cierra antes de tiempo es peligroso porque se detendrá su desarrollo, por eso es importante el examen físico.

La fontanela se debe cerrar entre los 12 y 18 meses, nunca antes. En ese período es que se juntan como parte del crecimiento normal y los huesos del cráneo permanecen fusionados durante toda la vida adulta.

Es hasta la edad de 4 años que el cerebro ha crecido en un 80 por ciento, pero el mayor crecimiento se da en el primer año de vida.

Si se produjera un cierre prematuro de la fontanela es necesario acudir a los especialistas para controlar las posibles complicaciones.

Nosotras Bebé salud

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