Dra. Carla Fjeld Benz
PHD en Nutrición Humana
La utilidad de la vitamina E en el cuerpo está íntimamente conectada con otros cuatro nutrientes: vitamina C, glutatión, selenio y vitamina B3.
Para mantener la vitamina E en su forma activa se requiere la vitamina C, y para mantener la vitamina C se requiere glutatión (una molécula de proteína muy pequeña), y selenio (un mineral) y la vitamina B3 las cuales son necesarias para mantener el glutatión en su forma activa.
El hecho de que la vitamina E dependa mucho de la vitamina C, la vitamina B3, selenio y glutatión, significa que no puede tener su efecto óptimo a menos que se obtenga de alimentos ricos en la vitamina, que a la vez proporcionan estos otros nutrientes.
Excelentes fuentes de vitamina E incluyen la espinaca, hojas de brócoli y acelga.
Muy buenas fuentes de vitamina E incluyen hojas de mostaza, kale, semillas de marañón, chía, chile dulce, maní, mantequilla de maní, ayote de mantequilla, tomates, brócoli, coles de Bruselas (no es común pero hay en Nicaragua), papaya y las zanahorias.
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