Los gobiernos democráticos buscan cómo limpiar de deudas sus países, los antidemocráticos y autoritarios buscan lo contrario: convertir a los pueblos en miserables pordioseros.

A diferencia de los poderosos, las personas más humildes —y por tanto más realistas— son las más conscientes de sus debilidades.

Ocurrió a comienzos de los años sesenta, en París, cuando con Juan Goytisolo nos veíamos de tanto en tanto.

Todo gobierno autoritario, en algún momento, tiene su fin. Lo tuvo Zelaya con la intervención norteamericana; lo tuvo Somoza, con insurrección y posterior guerra civil…

Si queremos establecer en Nicaragua un régimen de libertades debemos ser capaces, no solo de señalar lo que está mal, sino de generar opciones, de dialogar para perfeccionarlas, de identificar con objetividad la más viable y luego ponernos a trabajar para implementarla.

O Daniel Ortega es un genio de las finanzas familiares o aplica aquel dicho de “sacristán que vende cera y no tiene colmenar, o la saca de la oreja o la roba del altar”.

Lo increíble de estas tres caras de Granada es su diversidad dentro de la proximidad: pernoctando en un hotel de Granada o en sus Isletas. Un turista puede en un solo día disfrutar de la riqueza colonial y arquitectónica de la ciudad.

El apóstol de América, José Martí, dejó para la posteridad varios hermosos pensamientos. Uno de ellos es el siguiente: “Honrar… honra”. Se me ocurre recordar la frase martiana después de una de mis tantas giras a la ciudad de León, donde regreso con alguna frecuencia para rememorar mis días de estudiante adolescente en los años 46.

El éxito de las democracias frente a las autocracias es haber descubierto esta verdad. Darle poder sin límites a un gobernante no sería problema si fuese un ángel. Si no lo es, mejor persignarse.

La Quinta Edición de Centroamérica Cuenta ha sido dedicada este año 2017 a Albert Camus y André Malraux, dos de las grandes figuras de la literatura francesa y mundial