El cuerpo humano funciona como una máquina en la que cada una de las piezas, en este caso los órganos, necesitan funcionar de forma correcta para estar estables y con un ritmo de vida normal.
El mantenimiento y cuidado que debemos darle a nuestros órganos a través de una alimentación balanceada rica en vitaminas, nutrientes y proteínas, y la realización de actividades físicas contribuye a que nuestro organismo funcione de forma óptima.
En el proceso de digestión, mediante el cual aprovechamos los nutrientes que aportan los alimentos, el páncreas juega un papel fundamental. Cuando este importante órgano se enferma, puede perjudicarnos en gran manera.
De acuerdo con el doctor Róger Martínez Jarquín, especialista en medicina interna y gastroenterología, el páncreas es un órgano endocrino que secreta sustancias que actúan sobre determinados elementos químicos, pero también es una glándula exocrina, es decir, secreta sustancias que son muy necesarias para que funcionen ciertos elementos de la digestión.
“El páncreas es un órgano vital que tiene una parte exocrina que tiene que ver con la digestión, y una parte endocrina que tiene que ver con muchísimas cosas, pero que nosotros fundamentalmente lo asociamos con la producción de la insulina y el metabolismo de los hidratos de carbono o azúcares”.
Enfermedades más comunes
El especialista explica que las enfermedades que afectan el páncreas con más frecuencia son la pancreatitis aguda y el cáncer de páncreas. La primera está relacionada con la aparición de cálculos en la vesícula y con la ingesta de alcohol.
El especialista señala que no siempre tener cálculos en la vesícula significa que pueden desencadenar una pancreatitis aguda. El tamaño de los cálculos es un punto a considerar, pues mientras más pequeños sean, más probabilidades hay de que causen esta enfermedad.
“Los cálculos pequeños tienen la capacidad de migrar de la vesícula, pasan por un conducto que se llama cístico y una vez que llegan a la encrucijada donde se juntan el conducto pancreático con el conducto colédoco que es el que lleva la bilis, puede causar el fenómeno”, detalla el doctor Martínez.
En el caso del cáncer de páncreas, el doctor explica que por lo general se diagnostica tarde debido a la ubicación profunda del páncreas en la cavidad abdominal, lo que dificulta que este órgano pueda mandar señales que alerten sobre un problema.
“En la pancreatitis lo que sucede es que hay una inflamación del páncreas, se da una activación intrapancreática de poderosas enzimas que están dentro de las células pancreáticas como proenzimas, es decir que no son capaces de activarse dentro de las células. Cuando aumenta la presión dentro del conducto pancreático se activan estas sustancias y se da un proceso de autólisis de digestión que causa una cascada inflamatoria”.
El especialista agrega que la pancreatitis aguda puede ser leve o grave. Si no tiene una repercusión sistémica (no amenaza la vida), es leve. No obstante, si perjudica otros órganos del cuerpo se trata de una pancreatitis aguda grave.
“Se puede limitar solo al páncreas que es cuando hablamos de una enfermedad leve, o se hace generalizada, es decir, que también hay consecuencias sistémicas o a distancia como insuficiencia renal o respiratoria, y es una situación grave”.
Siendo el alcohol y los cálculos en la vesícula los principales factores que causan pancreatitis aguda, podemos tratar de evitarlos manteniendo una dieta pobre en grasas, sobre todo las saturadas de origen vegetal, el colesterol controlado y realizando el ejercicio adecuado.
Tener niveles elevados de calcio y el consumo de algunos medicamentos también forman parte de las posibles causas de esta enfermedad.
Señales y tratamiento
El gastroenterólogo sostiene que la principal característica que manifiesta esta enfermedad es el dolor en el epigastrio (conocido como “boca del estómago”) que se irradia hacia los lados en forma de cinturón, o bien que sea transfixiante, es decir, que va hacia la parte posterior.
Agrega que para tratar la pancreatitis aguda leve generalmente solo se da analgesia, se reponen líquidos, no se necesitan antibióticos y el eje fundamental del tratamiento es el reposo pancreático, que consiste en darle al paciente a través de la vena sus requerimientos hídricos, calóricos (sueros con glucosa) a dosis generosas que varían según el caso del paciente.
“En el caso de pancreatitis aguda grave se debe proveer hidratación generosa, mantener los signos vitales estables, que el paciente esté orinando de una forma adecuada, y si ya lo clasificaste como una pancreatitis grave es importante su manejo en cuidados intensivos porque ahí ya no estás tratando un páncreas, estás tratando un cuerpo entero que está enfermo a partir de una pancreatitis grave”, asegura el especialista.
Aunque esta enfermedad suele presentarse en la tercera o cuarta década de vida en las mujeres, el doctor afirma que cada vez se registran nuevos casos en pacientes más jóvenes, lo que podría estar relacionado con las variaciones en la alimentación.
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