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Comer bien

Rubén Bravo, experto en nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad, destaca que la infancia y la adolescencia son determinantes, ya que es cuando se forman las células grasas que pueden convertir a un niño rellenito en obeso para toda la vida.

Rubén Bravo, experto en nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad, destaca que la infancia y la adolescencia son determinantes, ya que es cuando se forman las células grasas que pueden convertir a un niño rellenito en obeso para toda la vida.

“Un niño de 3 años, por ejemplo, necesita unas 1,300 calorías diarias, y si tiene 12 años, cerca de 2,200. Podemos calcular la cantidad de calorías recomendada, partiendo de una base de mil calorías y añadiendo cien por cada año de edad en el proceso de crecimiento”, explica.

Un desayuno ha de ser equilibrado, completo y personalizado por el peso y la actividad física que ejerza el niño a diario, incluyendo los tres macronutrientes: proteínas, hidratos de carbono y grasas. Lo único que debería cambiar por la edad sería la cantidad del desayuno, pero no su composición.

“La clave para proporcionar una alimentación equilibrada a nuestros hijos reside en la correcta distribución del Valor Energético Total (VET) en las cinco tomas de comida que se realizan a lo largo del día”, recalca el experto.

EL DESAYUNO

En este sentido, se recomienda que el desayuno represente un treinta por ciento del aporte energético total, y Bravo explica a Efe que esta recomendación se debe a que “según el biorritmo vital humano, nuestro cuerpo demanda gran cantidad de energía entre las 6 y las 18 horas del día. Para asegurar a los niños unas óptimas condiciones y que puedan empezar con fuerza el día, necesitamos concentrar una tercera parte de la ingestión de comida entre el desayuno y la media mañana”.

La primera comida del día, que muchos niños omiten o toman de forma deficiente, es crucial para mantener la vitalidad y atajar la obesidad. “”El desayuno nunca se debe omitir o realizar con prisas o de pie y, entre semana, conviene dedicarle como mínimo unos 15-20 minutos. Los fines de semana, el doble, ya que está demostrado que los niños que toman un desayuno saludable sacan mejores notas, tienen una actitud más positiva y una mejor condición física””, afirma Rubén Bravo, experto en nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad.

En realidad, el tiempo mínimo que hay que dedicar a esta primera toma del día debería oscilar entre los 20 y 30 minutos, y ¡hablamos de desayunar y no de engullir!

“En el caso de los menores en edad de crecimiento, es fundamental que diariamente se cubran todas las necesidades en el área de macronutrientes, invirtiendo en el desayuno entre el 25 por ciento y el 35 por ciento de la cantidad total de comida ingerida durante el día, dependiendo de la edad y el rendimiento físico-intelectual”, añade.

PLANIFICACIÓN

Bravo aconseja a los padres que “dediquen 15 minutos a la semana a escribir un esbozo donde detallen los platos que va a comer su hijo durante los días siguientes, ya que hay que planificar y no improvisar con la nutrición de los menores, para incluir en la cesta de la compra solo lo que necesitamos, en vez de comprar por impulso en el supermercado.

Invirtiendo menos tiempo estamos inculcando a nuestros hijos la ansiedad hacia la comida, y no el disfrute; estamos perdiendo un momento clave de corta reunión familiar, donde los padres pueden prestar interés real por los quehaceres diarios de sus niños”, señala.

Para Bravo “una opción muy recomendada para evitar las prisas por las mañanas sería que los menores se acostaran antes por la noche, y otra forma de remediarlas es dejar todo preparado el día anterior, invirtiendo menos en la elaboración y más en la ingesta y conversación”.

Un desayuno perfecto debería incluir las proteínas en forma de fiambre bajo en grasa o un lácteo desnatado; una opción de cereales integrales y Omega 3.

La tostada integral con tomate triturado, aceite de oliva y jamón york, o pavo o jamón serrano, supera con creces nutricionalmente al bollo (pastel o bizcocho) de chocolate”, señala Bravo a Efe.

Salud adolescentes alimentación desayuno niños salud

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