Limite el consumo de alcohol: la ingesta excesiva de este puede exacerbar los cambios de ánimo y producir problemas del sueño.
Elimine el consumo de cafeína: puede causar irritabilidad, ansiedad y dolor mamario. La cafeína está en el café, té, gaseosas, chocolate y bebidas energéticas. Reduzca el consumo de sodio: esto con el fin de evitar la retención de líquidos. El sodio está presente en la sal de mesa, alimentos empacados, enlatados y congelados, comida rápida, y condimentos artificiales (salsas, cubitos, consomés).
Elija correctamente los carbohidratos: estos alimentos son utilizados por el cuerpo para producir “serotonina”, el principal regulador de la emoción en el cerebro. Eso sí, elija carbohidratos complejos tales como: cereales integrales (pan, arroz y pasta integral, avena, cebada), leguminosas (frijoles, garbanzos, lentejas), tortillas de maíz, frutas y vegetales. Si elige harinas refinadas le van a provocar más ansiedad. Incluya fuentes de calcio en su dieta: estudios han demostrado que ayuda a reducir los dolores musculares, la depresión, antojos y retención de líquido. Fuentes: productos lácteos (leche, yogurt descremado, quesos bajos en grasa), brócoli, tortillas de maíz y alimentos fortificados, como cereales, panes y bebidas bajas en azúcar. Ingiera suficientes líquidos: prefiera el agua, pero puede optar por bebidas de polvo sin azúcar. Trate de tomar entre 8 y 16 vasos al día.
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