“La fiesta de la Purísima es amenizada con cantos, pólvora, frutas, dulces y refrescos típicos. Los fieles marianos recorren las calles al anochecer del 7 de diciembre”.
Mañana Nicaragua entera se lanza a las calles para expresar la más grande devoción dedicada a la Virgen María, a la Purísima, con la fiesta de La Gritería.
Niños, jóvenes, adultos y familias enteras se van a las calles para encontrarse con los miles y miles de altares y ante estos cantarle a la Madre Dios.
“Mi fe por la Virgen María es única, ella me ha hecho tantos milagros, por eso estoy preparada para cantarle y gritarle: ¿Quién causa tanta alegría? La Concepción de María!”, exclama con emoción doña Rosa Trejos, de 60 años, quien se hará acompañar de sus diez nietos y dos de sus hijos.
TRANSMISORA DE FE
El sacerdote Camilo Díaz Acuña asegura que la celebración de La Gritería, más que una fiesta folclórica y religiosa marca un hito en la vida espiritual y de fe del nicaragüense.
“Celebrar La Purísima no solo es una tradición de transmisión de la fe popular del nicaragüense sino que marca un hito en su espiritualidad y sobre todo, dentro del contexto litúrgico, de modo que la Virgen María nos ayuda a predisponernos, a vivir de una manera más comprometida la fe”, reflexionó el sacerdote mariano.
Para Díaz, la fe del nicaragüense en su devoción por la Madre de Dios lo ha llevado a exaltar la imagen excelsa y pura de la Virgen.
“En su devoción mariana y en el lenguaje, el nicaragüense llama a la Virgen La Purísima, que tiene que ver con pureza o sea sin mancha; de modo que el nicaragüense en su fe y devoción a la Madre la maximiza, dándole en su fe un rango de excelsa, de pura, a como verdaderamente lo es la Madre de Jesús”, valora el sacerdote Díaz, rector del Santuario Mariano Arquidiocesano Nuestra Señora de Lourdes.
LA PURÍSIMA, UN TESORO
Monseñor Bosco Vivas Robelo, obispo de la Diócesis de León, donde se originó la fiesta de La Gritería, dijo que ya todo está listo para la celebración de mañana 7 de diciembre, y a las 5:00 de la tarde dar inicio desde la Catedral de León, con el tradicional grito: ¿Quién causa tanta alegría?, a lo que los fieles marianos, responden: “La Concepción de María”.
“La devoción a nuestra Madre es un tesoro que debemos cuidar los nicaragüenses que amamos a la Virgen, porque ella es testimonio de madre, de amor, entrega y pureza”, expresó el obispo Vivas Robelo. El obispo de la iglesia Madre de Nicaragua también dijo que la celebración de la Purísima es una buena ocasión para reflexionar por la paz, la unidad y fraternidad de los nicaragüenses.
“Es una ocasión para que juntos trabajemos por el bien de Nicaragua, deponiendo cualquier actitud, odio y venganza. La Virgen nos llama a que nos reconciliemos y nosotros con buena actitud cristiana hagamos la paz”, exhortó monseñor Vivas Robelo.
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