La cumbre de hoy en Bruselas es decisiva para Grecia que se prepara para las posibles consecuencias económicas que pueden darse si no hay un acuerdo con los socios y que incluyen la salida del euro, un escenario que la población afronta con preocupación.
Las reuniones y llamadas de ejecutivos helenos se intensificaron este fin de semana y se expusieron nuevas propuestas para lograr un consenso previo, pero si finalmente las negociaciones fracasan de nuevo y Grecia llega al 30 de junio sin acuerdo, cuando expira la prórroga del segundo rescate, deberá hacer frente a varios escenarios económicos.
SIN ACUERDOS, SE VISLUMBRA CAOS
Sin acuerdo, probablemente Grecia no podrá pagar los vencimientos del FMI por un total de 1,600 millones de euros (1,815 millones de dólares), como tampoco los 6,700 millones (7,600 millones de dólares) que debe devolver al BCE en julio y agosto.
Tras declarar el impago, el BCE limitaría el acceso al mecanismo de asistencia (ELA) a la banca, una de sus pocas fuentes de liquidez.
A su vez, esto conllevará la imposición de un control de capitales para evitar mayores sangrías en los depósitos.
En ese caso el Gobierno podría estar obligado a emitir pagarés para poder abonar sus salarios a los funcionarios y a los pensionistas y, a medio plazo, si no se alcanza un acuerdo, introducir una nueva moneda fuertemente devaluada respecto al euro.
Este escenario podría convertirse en una oportunidad para que Grecia pueda salir de la crisis, según algunos analistas, pero también en un grave peligro, pues la introducción de una moneda nacional desencadenaría un círculo vicioso de inflación galopante, mercado negro y pobreza generalizada.
60% De la población griega está a favor de seguir en la eurozona, como muestra la última encuesta, realizada entre el 11 y el 17 de junio por la empresa Public Issue, aunque rechazan las medidas de austeridad.
FMI firme en no dar tregua
“El 30 de junio es cuando se le deben los pagos al FMI y no hay un periodo de gracia de dos meses de retraso como he escuchado decir, desde el 1 de julio, si los pagos no se han hecho”, afirmó con rotundidad la directora del FMI Christine Lagarde en Luxemburgo. Uno de los organismos a los que Grecia debe 1,600 millones de euros.
A la espera de saber si el Gobierno de Atenas podrá finalmente afrontar el pago a tiempo, el Fondo cuenta con el llamado “Calendario de medidas correctivas”, que se aplica en situaciones de “obligaciones financieras atrasadas”. Ese calendario indica que, si el pago no se hace, no se le permite al país “ningún uso de los recursos del FMI”.
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