Más de cien familias campesinas de unas 27 comunidades, de 33 que conforman el municipio de San Lucas, en el departamento de Madriz, enfrentan desde hace más de una semana la presencia de la peste conocida como gusano negro y la larva del gusano cogollero, que están devorando la siembra de plantas de maíz, que por la carencia de lluvias, son más frágiles al ataque.
“Mi marido está utilizando ‘sipermetrina’, que es un insecticida para combatirlas, ya que se están comiendo rápidamente todo y cuando menos esperemos no vamos ni a ver chilotitos ni los elotitos”, asegura Alba Azucena González Obando, de la comunidad de Uniles, Suyapa. Su siembra cultivada en un cuarto de manzana de tierra está siendo arrasada por la peste.
Ella lamenta que pese a que la mayoría del campesinado está siendo afectado, las autoridades de Gobierno no se han preocupado por atenderlos. Un funcionario del Ministerio Agroforestal (Magfor), quien solicitó el anonimato, dijo que esa institución carece de técnicos para visitar la zona y atender la situación en el campo, arriesgándose a que por la falta asistencia, la peste se extienda a otros municipios, explicó.
300 córdobas es el precio más bajo que alcanza el quintal de maíz en el año. Pero en temporadas críticas llega a costar hasta 800 córdobas, según la comerciante María Mejía.
Mientras tanto, en Nueva Guinea la situación es dramática para familias como la de Pedro Jarquín. Según él, hace un mes, con diez córdobas de tortillas comían cuatro personas. Comprando cada una a un córdoba, pero ahora valen dos y su tamaño es más pequeño.
Marcos González es comerciante de granos básicos y afirma que esto se debe a que es difícil encontrar maíz en el campo, pues los productores han disminuido la siembra y al pueblo llega poco. “Nuestras ganancias cada día se reducen más”, asevera.
Rosa Téllez, desde hace más de 12 años se dedica a hacer tortillas y asegura que hace un mes compró el quintal de maíz en 350 córdobas, pero este pasado viernes lo encontró en 700.
“(Ahora) tengo que hacer mis tortillas más pequeñas y tratar de ofertarlas a tres córdobas cada una para poder ganar”, dice. Téllez afirma que actualmente compra la libra de maíz a ocho córdobas. Una libra de la que “apenas puedo hacer cuatro tortillas y si las valoramos a dos córdobas salgo perdiendo”.
27 son las comunidades cuyas siembras de maíz han sido afectadas por la peste conocida como gusano negro y la larva de gusano cogollero en el municipio de San Lucas, departamento de Madriz.
Alza no llega a Managua
Según los comerciantes de los mercados capitalinos, el precio del quintal de maíz aún ronda los 500 córdobas, 50 córdobas más caro.
Carlos Mendoza tiene un puesto en el Mercado Mayoreo y dice que el alza sufrida es menor a la que esperaban para esta temporada lluviosa.
Él a partir de este incremento ofrece la libra de este grano a seis córdobas, cincuenta centavos más cara de lo que se encuentra en algunos tramos del Mercado Oriental.
“Estaba a 440 y ahora está a 500 (o) 550 en otros lados. Hasta a 800 llega a subir todos los años, siempre es así. De octubre para acá comienza a bajar. De julio para arriba se sube bastante”, afirma María Mejía, quien tiene un puesto de tortillas en el Mercado Iván Montenegro.
María Mejía tiene 25 años de vender tortillas en el Mercado Iván Montenegro. A diario en su puesto se palmean al menos mil tortillas que vende a un córdoba cada una.
“Si ya la das a dos pesos dan la vuelta (los clientes), tenés que darla a un peso, pero más ralita. Allí se las ingenia uno con la masa. El que la quiere más gruesesita a dos o a cinco, depende cómo la pide el cliente”, dice. Y es que sus ventas debe dividirlas entre los gastos de la materia prima y el pago a sus trabajadoras. Mejía confiesa que para mantener el precio del producto, la masa que usa no es solo a base del grano.
Ver en la versión impresa las páginas: 2 A
