El Ministerio Público en Río San Juan investiga la denuncia realizada ante Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH) sobre tortura policial interpuesta por la familia de Natanael Bustillo Flores, de 20 años, a quien presuntamente rociaron con ácido de batería partes del cuerpo.
Asuntos Internos de la Policía Nacional realizó en el terreno sus investigaciones, mientras testigos que presenciaron los hechos liberan de responsabilidad a la oficial de investigaciones de Boca de Sábalos, Ana Cecilia Arana Hernández.
Al respecto, el fiscal auxiliar de El Castillo, César Augusto Rodríguez, dijo que están realizando las investigaciones pertinentes del caso y que en el momento preciso el Ministerio Público se pronunciará y dará una resolución del caso.
El comisionado mayor, Noel Cruz, jefe de la delegación policial de Río San Juan, explicó que de acuerdo con las entrevistas a testigos y reos coinciden en que el joven se roció de combustible y en dos ocasiones se lanzó al río, motivando que dos militares lo protegieran entregándolo a la Policía, mientras confirmó que las cejas se las cortó un reo en la celda de Boca de Sábalos.
“En ningún momento se señala a la compañera que haya realizado algún acto contra el detenido, porque también se utiliza el término tortura y allí no hay ninguna razón para que se realice tortura porque no es una persona que estaba siendo investigada por ningún delito, fue ingresado porque estaba creando algún desorden”, apuntó Cruz.
En ese sentido, informó que “la oficial no ha sido suspendida, no hay ningún indicio que la señale a ella”, y aseguró que las investigaciones continúan.
Francisco Peña Baldelomar, es propietario de una panga que la noche del 28 de junio, a las 6:00 de la tarde, atracó a la orilla del muelle. Al bajar a eso de las 8:00 de la noche y entrar a la embarcación, se percató que los seis litros de combustible estaban derramados en el bote, por lo que se dirigió a comprar la gasolina.
Su ayudante Dodany Zapata dice haber observado a una persona de sexo masculino, y fue él quien llamó a los miembros del Ejército, sugiriendo que había que llevarse a esa persona a guardarla antes que se ahogara en el río, y vio cuando lo condujeron por el muelle.
El reo Junior Alexander Acevedo Castillo, manifestó “él se bañó de gasolina y estaba drogado, y lo que pasó es que se puso improsulto y entonces lo amarramos, quebró la tapa del servicio y siguió ofendiendo, yo lo tuve amarrado, yo solo le quite las cejas por insolente para que no siguiera ofendiendo”.
OFICIAL SEÑALADA: “YO ME SIENTO LIMPIA”
La oficial denunciada, Ana Cecilia Arana, explicó que “en ningún momento lo agarré, ni andaba en la patrulla, solo entregué la llave de la celda, no miré en el momento que él ingresó, no me di cuenta quien es esa persona, lo inducen en la celda para prevenir que se lastimara”, sostiene, y agrega que en la celda agredió a los reos, decía obscenidades y allí le cortaron las cejas, relatando que a eso de las 2:00 de la madrugada vomitó como que había ingerido el liquido, al siguiente día hablaron con el joven y él dijo que no recordaba nada.
La oficial se mostró herida, mientras manifestó: “Hay muchos comentarios, incluso que van a buscar mi dirección, mi familia, eso afecta mucho, porque en realidad me siento mal porque no le he hecho nada, soy ser humano y estamos al servicio de la comunidad (…), atender a la gente no maltratarla. Me siento mal porque hay cosas que lo humillan, yo me siento limpia”.
Carmona ya lo veía venir
El secretario ejecutivo de la Comisión Permanente de Derechos Humanos, Marcos Carmona, restó crédito a lo aseverado por el funcionario policial y consideró que “es parte de los abusos”.
Indicó no estar sorprendido por el alegato de la Policía, pues estaba consciente que tratarían de desconocer “la barbarie que hicieron” y agregó que este alegato de la Policía local les da una idea de que el caso no será realmente investigado.
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