El periodista Moisés Castillo grababa un vídeo cuando recibió la primera andanada de golpes. Larry Sevilla transmitía en vivo cuando le arrebataron el teléfono celular y lo detuvieron; mientras Jorge Torres tomaba fotografías para LA PRENSA un antimotín le dañó a bastonazos la cámara. Los tres reporteros fueron víctimas de la agresión de la Policía, que ayer arremetió contra manifestantes en las inmediaciones del Consejo Supremo Electoral (CSE), en Managua.
Los dos primeros son comunicadores de Radio Corporación y el tercero es fotógrafo de LA PRENSA. Torres explicó que “mientras tomaba fotos de cómo detenían a un señor, de repente un antimotín me dio con la clava sobre el lente de la cámara y la quebró”.
Igual suerte corrió el fotoperiodista de AP (Associated Press), Esteban Félix, quien también resultó con la cámara quebrada. Torres denunció el caso en Asuntos Internos de la Policía Nacional. Mientras, Castillo y Sevilla lo hicieron ante la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), que también los acompañó a Asuntos Internos para documentar esta situación e informarán a la Relatoría de la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
LA PEOR PARTE
Castillo, quien se llevó la peor parte de la agresión hacia los periodistas, en presencia del secretario ejecutivo de la CPDH, Marcos Carmona, mostró las marcas de golpes recibidos con bastones policiales y las lesiones sufridas luego de que los agentes lo arrastraran.
“Muy agresiva la actuación de los antimotines; medio chimado y entre arrastre (lo llevaron) como cincuenta metros hasta llegar a la patrulla policial y ahí me iban dando los antimotines”, denunció Castillo, quien aseguró que hizo resistencia pasiva, pero aun así los policías no dejaban de golpearlo.
A Castillo lo esposaron junto con Sevilla y, en ese momento, se acercó el inspector general de la Policía, Pablo Emilio Ávalos, a quien le aclararon que eran comunicadores. Pero “lo que hizo fue ignorarnos”, expresó Sevilla.
Asimismo, a Castillo le robaron la cámara y unos anteojos, todo valorado en trescientos dólares. Cuando reclamó a una comisionada de apellido Aguilar, esta le aconsejó que empezara a “reunir dinerito” para que los comprara.
Sevilla dijo que él estaba detrás de los manifestantes, desde donde transmitía en vivo, cuando lo detuvieron. “Soy periodista, estoy transmitiendo en vivo para Radio Corporación, (decía) a grito partido”, dice Sevilla que repetía, pero los uniformados más bien ordenaron que le despojaran del teléfono celular, el cual le quedó a un oficial.
CRITICA ACTUACIÓN
“Esto es condenable e inaceptable”, expresó por su parte Carmona, quien criticó que a la hora de reprimir desconocieron la labor de los periodistas. Agregó que más preocupante es que mientras ocurría este tipo de actuación contra las personas que protestaban estuviera presente el inspector general de la Policía.
“Se supone que el inspector de la Policía es el que documenta los abusos de sus miembros; sin embargo, se vuelve cómplice de estos abusos cuando no hace nada por prevenir esta saña, esta golpiza de la que han sido objeto”, declaró Carmona.
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