Después de años de espera, Nicaragua logró una leve mejoría en su calificación crediticia que antes estaba en B3 y la agencia calificadora Moody’s ha subido a B2 con perspectiva estable.
En su portal web la calificadora de riesgo detalla que el aumento de la calificación de B2 se sustenta en los cambios graduales pero continuos y positivos en la economía nicaragüense, existe una mayor capacidad para manejar el impacto en la balanza de pagos y las cuentas fiscales.
La calificación B2 contempla, por un lado, crecimiento económico fuerte, una estrecha relación con el Fondo Monetario Internacional, bajos déficit fiscal y razones de deuda estables.
Y por el otro, un Producto Interno Bruto (PIB) per cápita bajo, una economía pequeña, una alta ponderación de deuda externa y en moneda extranjera y una menor, “pero todavía presente, susceptibilidad a eventos de riesgo externos derivada del fuerte vínculo de Nicaragua con Venezuela”.
En la acción de calificación la agencia también cambió el techo de bonos en moneda extranjera de B2 a B1, el techo de los depósitos en moneda extranjera de Caa1 a B3, el techo de los bonos en moneda local de B2 a Ba3 y, el techo de los depósitos en moneda local de B2 a Ba3.
Mientras que los techos de corto plazo para bonos y depósitos en moneda extranjera y local los mantuvo en “Not-Prime (NP)”, que es la zona de riesgo sustancial y extremadamente especulativo.