El servicio de transporte público continuaba irregular, y miles de salvadoreños volvieron a caminar hacia sus destinos el jueves al cumplirse cuatro días de un paro de los choferes.
Varias rutas del transporte reanudaron sus labores luego de tres días en paro por las amenazas de las maras o pandillas, mientras cientos de pick up, camiones y microbuses particulares seguían trabajando, pero con tarifas elevadas.
El secretario de Comunicaciones del gobierno salvadoreño, Eugenio Chicas dijo que muchos empresarios decidieron sacar sus unidades, pero reconoció que aún hay cerca de 100 rutas de autobuses en paro.
Cientos de policías y militares, algunos de ellos cubiertos de sus rostros con pasamontañas y armados con fusiles, se apostaron en las calles de San Salvador, mientras los vehículos militares Humvee equipados con armas de grueso calibres circulaban en la capital y municipios de la periferia.
El empresario de autobuses Genaro Ramírez confirmó que policías y soldados estaban dando seguridad a las unidades pero denunció que las amenazas de las pandillas continúan y advirtió que “ahora los pandilleros se van a ir contra nosotros los empresarios”.
“Ya no existen excusas, estamos dándole acompañamientos en los diferentes recorridos y la seguridad dentro de las unidades, el servicio se está normalizando”, manifestó a periodistas el viceministro de Transporte, Nelson García.