El proyecto hidroeléctrico Planta Managua, que Alba Generación SA pretende desarrollar en la zona acuífera Chiltepe-Xiloá, tendría que haber realizado una presentación pública del Estudio de Impacto Ambiental y una consulta pública con la población cercana, según explicó la oficial de Incidencia en Hidrocarburos y Energía de Centro Humboldt, Olivia Guevara.
Otro aspecto de este nuevo proyecto es que estaría ubicado en el área cercana a la reserva natural Península de Chiltepe, una área protegida.
La concesión entregada por la Autoridad Nacional del Agua (ANA) está ubicada en el municipio de Mateare, en Managua, cruzando por la denominada Carretera Nueva a León, en el acuífero Chiltepe.
Planta Managua, según la descripción de la concesión, podría generar hasta 140 megavatios de energía, lo que la ubicaría como un proyecto grande, por lo que, según la legislación nacional, está obligada a cumplir con la entrega y consulta de estudios ambientales, previos a la adjudicación de la concesión.
Guevara señaló que según el decreto 76-2006 no se pueden entregar concesiones en áreas protegidas, aunque en la realidad, actualmente existen más de veinte mil hectáreas de áreas protegidas concesionadas para diferentes actividades como minería.
“Aunque es ilegal que se haya entregado una concesión, deberían haber presentado un estudio de impacto ambiental”, afirmó Guevara.
Siguiendo el proceso establecido por la legislación ambiental, para que la ANA haya entregado la concesión, primero Alba Generación SA tendría que haber entregado el estudio ambiental y dentro de este, un estudio hidrogeológico para conocer la capacidad de generación del acuífero y la demanda que tiene actualmente.
No obstante, la concesión publicada en La Gaceta indica que Alba Generación preparó un estudio para determinar la capacidad del pozo denominado Estudio Hidrogeológico del Acuífero Valle Los Brasiles.
¿AGUA PARA BEBER O ENERGÍA ELÉCTRICA?
Al ser una planta hidroeléctrica que generaría energía con agua subterránea, Guevara considera que el principal problema es que el agua subterránea, en Managua y municipios aledaños, es la que se utiliza para abastecimiento.
“En la construcción de hidroeléctricas el agua se acidifica, entonces perdés la potabilidad de esa agua. Lo preocupante es la utilización del recurso, porque esta agua no se puede utilizar para otra cosa diferente del riego, porque en las turbinas muchas veces se contamina de aceite”, explicó Guevara.
La zona acuífera en la que se desarrollaría el proyecto tendría un volumen estimado de 12,960 metros cúbicos. Guevara apuntó que en proyectos como este, es necesaria la consulta pública para que los desarrolladores divulguen información como “¿qué tanto es el caudal?, ¿cuánto se va a usar por minuto? Entonces vos te das una idea del impacto que tendrías con esa agua que no se puede usar para tomar sino para producir energía y pensar ¿qué vale más, producir energía o darle agua a la gente? Si no tenés esos datos, no podés calcular los impactos”.
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