En un informe que le dirigió la Dirección General de Bomberos (DGB) a la vicealcaldesa de Nagarote, Mireya Urroz Gutiérrez, se explican las causas y consecuencias de la explosión que se originó en la Alcaldía nagaroteña y que dejó a tres personas muertas.
El 21 de agosto la sede municipal fue estremecida por una explosión que se originó en el baño para mujeres que estaba clausurado y servía como bodega en el área de archivo de documentos.
EXPLOTARON 42 DOCENAS DE COHETES Y 26 MORTEROS
Ocho personas resultaron heridas, de las cuales tres murieron al poco tiempo: Maritza Calderón, de 49 años, murió ese mismo día, horas después del incidente. Ismael Rivera, de 43 años, pereció el 26 de agosto y Dalys Manuela Pichardo, de 40 años, falleció el 29 de agosto.
De acuerdo con el informe, en el sitio explotaron 42 docenas de cohetes pirotécnicos y 26 morteros de cuatro onzas. La pólvora era remanente de la celebración de la Gritería de Penitencia, recién celebrada el 14 de agosto.
La explosión fue en un área de cincuenta metros cuadrados y desprendió la cubierta del techo, derrumbó las divisiones de paredes prefabricadas y dañó los equipos de oficina y documentación archivada.
El informe revela que la explosión fue accidental, debido a que se almacenaban productos pirotécnicos en un lugar que no presentaban las condiciones de seguridad para material peligroso, de acuerdo con las normas técnicas obligatorias de Nicaragua.
Además se realizaban obras de mantenimiento de luminarias en caliente y sin interrumpir el fluido eléctrico, lo que ocasionó un cortocircuito entre la caja metálica de la luminaria y los cables conductores de la energía eléctrica; las chispas cayeron sobre los productos pirotécnicos. Y todo explotó.
Las pérdidas económicas ascienden a doscientos mil córdobas; se quemaron cuatro computadoras, papelería de archivos tributarios, dos unidades de Split de aire acondicionado; tres lámparas, un abanico, una percoladora de café y un televisor de 21 pulgadas.
El caso fue investigado por peritos de la Policía, a cargo del capitán William Santana y el capitán Bayardo López, de la Dirección General de Bomberos; ellos determinaron que las causas del incendio fueron accidentales al realizarse el mal almacenamiento de productos pirotécnicos y encima labores de mantenimiento de luminarias en el local sin tomar en cuenta las medidas de las normas obligatorias de Nicaragua y el Código de Instalaciones Eléctricas de Nicaragua.
Se conoció extraoficialmente que el presidente inconstitucional de Nicaragua, Daniel Ortega, orientó a la Policía Nacional abrir un proceso investigativo para determinar las responsabilidades del personal involucrado.