14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Tras el empleo pleno

Conseguir un “empleo pleno” que permita una vida digna es la meta de todo ser humano y aunque la educación es el “combustible fundamental para ganar esta carrera”, otros factores, entre ellos la edad, el domicilio, el sector económico en el que se labora y hasta el estado civil del trabajador inciden para obtenerlo.

Conseguir un “empleo pleno” que permita una vida digna es la meta de todo ser humano y aunque la educación es el “combustible fundamental para ganar esta carrera”, otros factores, entre ellos la edad, el domicilio, el sector económico en el que se labora y hasta el estado civil del trabajador inciden para obtenerlo.

“En la carrera de vida de las personas las mayores probabilidades de tener un empleo pleno se da entre los 40 y 45 años… y los que tienen más probabilidades de tener un empleo pleno son los divorciados”, dice el director ejecutivo de la Fundación Nicaragüense de Desarrollo Económico y Social (Funides), Juan Sebastián Chamorro.

De acuerdo con el estudio ¿Cómo conseguir un empleo pleno? Evidencia del mercado laboral nicaragüense, realizado por Funides, el 40 por ciento de los divorciados eran empleados plenos, mientras que entre los casados solo el 31 por ciento y los unidos el 28 por ciento.

Para el análisis se utilizaron datos de panel, construidos a partir de la Encuesta Continua de Hogares (ECH) que cubre un período conformado desde el primer trimestre de 2010 hasta el cuarto trimestre de 2012, por ser estos los últimos disponibles.

FACTORES QUE INFLUYEN

El objetivo del estudio fue analizar los factores que inciden para que las personas alcancen la condición de empleo pleno, tal como lo define la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Se considera en estado de empleo pleno a “todas aquellas personas en edad de trabajar que, durante un período de referencia se dedicaban a alguna actividad (para producir bienes o prestar servicios a cambio de remuneración o beneficios). Todo lo anterior por lo menos durante cuarenta horas a la semana con un salario por encima del mínimo legal”.

“Este tema es de interés debido a que la pregunta que se hace comúnmente es ¿cuáles factores inciden en el desempleo? Sin embargo, en países de ingreso medio bajo, como Nicaragua, el empleo parcial, el subempleo y el desaliento son los estados laborales negativos predominantes”, sostiene Chamorro.

Otra diferencia muy marcada que revela el estudio es la desproporción entre los sexos: “el 32 por ciento de los hombres se encontraba en situación de empleo pleno”, mientras que solo el 14 por ciento de las mujeres estaba en situación similar.

Según la investigación, las mujeres tienen 68 por ciento menos probabilidad de encontrarse en empleo pleno respecto a los hombres.

NIVEL DE EDUCACIÓN PESA

Con respecto al nivel de educación Funides determinó que “el único grado de escolaridad que garantizó tener muy buenas oportunidades de conseguir un empleo pleno es la maestría, con casi el 75 por ciento de los máster en un estado de empleo pleno”.

Los que han cursado maestría son seguidos por los técnicos superiores con 48 por ciento y los técnicos medios con 44 por ciento con empleo pleno. Mientras que de los universitarios solo el 42 por ciento reportó tener empleo pleno. “Como es lógico, los que no tienen ningún grado de escolaridad son los que tuvieron menor proporción de empleos plenos”, dice el estudio.

InfoPaseActivos03Sept

El lugar de domicilio también provoca diferencia: según el estudio, el 24.5 por ciento de los que habitan en el área urbana tenían empleo pleno; en tanto, en el área rural solo el 20 por ciento lo tenía.

Además, cursar la primaria eleva en siete por ciento las probabilidades de tener empleo pleno, respecto a los que no tienen ningún nivel de educación. Mientras que aprobar la secundaria incrementa en cuarenta por ciento esta posibilidad.

MENOS CHANCE EN EL CAMPO

Al tomar como referencia el sector agropecuario, por ser este el que empleó a la mayoría de los encuestados, la investigación detalla que el 87.6 por ciento de las personas que trabajan en la administración pública y defensa tenían empleo pleno. Los trabajadores de este sector tienen 5.8 veces más chance de conseguir el empleo pleno que quienes lo hacen en el sector agropecuario.

En tanto, el 74.8 por ciento de los empleados del sistema de Salud dijeron tener empleo pleno y en el sector la probabilidad de conseguirlo es 3.2 veces mayor que para los trabajadores del sector agropecuario.

Mientras que para los empleados de los sectores educación, electricidad, gas y agua, la probabilidad de alcanzar el estado de empleo pleno es dos veces más alta que la de los trabajadores agropecuarios.

“Estos resultados no son de sorprender por el empleo pleno existente en el sector público. De hecho, lo que sorprende es que no todos los empleados públicos aparezcan gozando de un empleo pleno”, dice Chamorro.

ESPERAN CAMBIOS

Basado en los resultados, Funides espera que se deriven importantes “consideraciones de políticas que incidan sobre el funcionamiento del mercado laboral para reducir fricciones y otro tipo de imperfecciones” que mejoren la calidad del empleo.

“Entre estas políticas deben de favorecerse las de educación y las de equidad de género, así como las que promuevan la flexibilización del mercado laboral”, dice Chamorro.

Funides recomienda la promoción de centros de cuidado infantil y de adultos mayores, así como opciones de trabajo de medio tiempo y de trabajo en casa, a fin de facilitar la inserción de las mujeres en el mercado laboral.

También continuar revisando las políticas para “promover el empleo en jóvenes de ambos sexos. Sin embargo, se requiere mayor información, levantamiento y publicación de encuestas sobre el uso del tiempo, para poder tener análisis y conclusiones más específicas”.

DETALLES DE LA MUESTRA

Los datos de panel construidos a partir de la Encuesta Continua de Hogares (ECH), que sirvió de base para el estudio, detalla que:

22.5 % de la población en edad de trabajar estaba plenamente empleada y 77.5 estaba en alguna forma de empleo no pleno.

35 % de los que no tenían un empleo pleno estaba subempleado, el 11.1 tenía empleo parcial y el 5 por ciento estaba desempleado. Además, el 25.6 por ciento de la población en edad de trabajar permaneció inactivo.

37 % de los encuestados completó la primaria, el 33 por ciento la secundaria, el 12 por ciento una licenciatura y el 15 por ciento no cursó ningún nivel escolar.

FUERZA LABORAL

Según el informe anual Nicaragua en Cifras 2014, el año pasado la población en edad de trabajar fue de 4.30 millones de personas. La fuerza laboral estuvo  integrada por 3.19 millones de trabajadores. De ellos, 2.97 millones estarían activos y 216,500 desempleados. La tasa de desempleo fue de 6.8 y la tasa de formalidad del 24.8 por ciento.

La población mayor de 10 años era de 3.87 millones de personas y de estos 766,532 no tenían ninguna instrucción escolar.

Boletin Economía Empleo Nicaragua

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí