La aplicación de tecnología, la capacitación técnica a través de programas de ayuda a productores y los aprendizajes que dejan las malas experiencias con la sequía en años anteriores, es lo que ha ayudado a algunos productores de hortalizas y lácteos a no sufrir nuevamente los embates del cambio climático.
Jorlin Omar Flores, de la Cooperativa Sacaclí, en San Rafael del Norte, Jinotega —quien es productor de hortalizas—, asegura que este año no ha tenido pérdidas, como en años pasados, porque se ha limitado a sembrar según la cantidad de agua que logró almacenar. En lugar de cultivar en una manzana, lo hizo en un cuarto de esta. Es menos aventurado.
Flores es miembro de una de las 635 familias de productores del norte del país que han sido apoyados con la capacitación del Programa Progresa de la organización Cáritas. “Se les ha apoyado con tecnologías: Sistemas de riego; con la parte de producción de plántulas, producidas en invernaderos que son de alta calidad, eso viene a contribuir (y) a mejorar los rendimientos de la producción; en el caso del ganado se ha trabajado con pastos mejorados, establecimiento de áreas de pastos de corte, se les ha dotado de infraestructura, equipos y maquinaria”, explicó Augusto César Vásquez, coordinador del área de Desarrollo Empresarial, de Cáritas-Estelí.
En el caso de Flores, que es un pequeño productor, si bien no tuvo pérdidas económicas directas, admite que este año solo logró producir el treinta por ciento del volumen que cosechó el año pasado, debido a que redujo sus áreas de siembra. “Se nos ha bajado la fuente de agua, entonces no podemos extendernos mucho, debemos hacernos de cuadritos para sacar lo poco que podemos”, admite.
FALTA LECHE EN EL CORREDOR SECO
En el acopio de leche este panorama de afectación por la sequía no cambia, según el agrónomo y gerente del centro de acopio de leche Flor de Pancasán en Matiguás, Matagalpa, el cual se abastece de doscientos productores socios, siendo la mitad de estos de la zona seca.
“Si lo relacionamos con el año pasado, este año los niveles de producción de leche han bajado considerablemente y más ahorita, un treinta por ciento menos en comparación a la misma fecha el año pasado, esto debido a la sequía”, mencionó Sequeira.
Aunque este acopiador registre estas bajas, según las cifras del Banco Central de Nicaragua el acopio de galones de leche ha subido 9.92 comparando el primer semestre de 2015 con el mismo período en 2014, esto debido a que en la zona húmeda del país ha llovido.
Según Vásquez, quien a través de Cáritas trabaja con mujeres productoras de Lácteos La Bendición, en El Jícaro, Nueva Segovia, el costo de producción de una libra de queso andaba por 35 córdobas y actualmente debido a la escasez en la producción de leche este se ha elevado a 45 córdobas, es decir 28.57 por ciento más que antes de la sequía.
CAPACITACIÓN DE FAGANIC
El presidente de la Federación de Asociaciones Ganaderas de Nicaragua (Faganic), Salvador Castillo, no obstante, explica que la afectación por sequía no ha sido igual al año pasado porque los productores están apropiados de mejores prácticas.
“El año pasado nosotros hablamos de mucha cantidad de animales muertos por la falta de pasto, este año fue muy poco la información que nos estuvo llegando de animales que se hayan muerto por falta de comida”, especifica.
Castillo comenta que a tres meses de finalizar el año, la meta en exportación de carne es alcanzar la cifra del año pasado: 474.78 millones de dólares.
En comparación con 2014 la exportación en valor de carne de bovino ha crecido apenas 3.17 por ciento, según datos del Centro de Trámites de las Exportaciones del 1 de enero al 3 de octubre. Sin embargo, la expectativa de crecimiento para este año era 12 por ciento, según Castillo.
LAS NUEVAS PRÁCTICAS EN LAS FINCAS
Faganic ha ayudado en la capacitación de productores ganaderos para que en sus mismas fincas produzcan pasto de corte, como el sorgo forrajero, un pasto de crecimiento rápido que es óptimo para almacenar en verano, asimismo han enseñado a los productores a elaborar bloques nutricionales con insumos disponibles en sus fincas, esto a fin de que tengan un tipo de alimento que ayude a paliar la escasez.
“Las últimas lluvias que han estado cayendo han paliado un poco la situación en el campo, porque prácticamente en toda la primera parte de lo que fue el invierno no llovió, sobre todo en el corredor seco, no así en la zona húmeda”, apuntó Castillo.
“QUE DIOS MANDE MÁS LLUVIA”
En el caso de las hortalizas, los productores están esperando un poco más de lluvia para cosechar agua. “Esperamos en Dios tener por lo menos un mes de lluvia, que es lo que nos queda para ver si podemos ser exitosos en la cosecha de postrera”, expresó Flores.
El productor jinotegano afirma que el Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales los ha estado “monitoreando” para que no se extiendan en la siembra de hortalizas.
La gerente general de la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua (APEN), Azucena Castillo, considera que es necesario una mayor tecnificación en el tema de cultivos y afirma que “hay que volverse horticultores, no agricultores”.
Según la directiva de APEN, esto se logra con prácticas como el uso de semilla mejorada y certificada, así como la introducción de tecnología como la producción en microtúneles, utilizada especialmente para producción de tomate y zanahoria. “No se puede seguir cultivando hortalizas con un cambio climático tan dramático como el que tenemos y sin usar la innovación y la tecnología, aquí se siembra al descampado”, aseveró Castillo.
POTENCIAR LA COSECHA DE AGUA
Para el presidente de Faganic, Salvador Castillo, en Nicaragua es necesario potenciar la cosecha de agua, la cual destaca como importante para todos los productores. “Sin embargo nosotros consideramos que el recurso económico es una limitante para que nosotros nos podamos desarrollarla mejor. Es necesario apoyo para poder realizarla”, aseveró Castillo.
Según Castillo, desde Faganic se ha estado trabajando haciéndole ver a los productores ganaderos la necesidad de que aprovechen la lluvia. El líder de la asociación ganadera asegura que aprovechando prácticas como la cosecha de agua se pueden contrarrestar más los estragos de la sequía.
DE LOS MÁS SEVEROS
Actualmente la región centroamericana está siendo azotada por el impacto del fenómeno de El Niño, considerado por los científicos uno de los más potentes desde 1997. En Nicaragua, según un reciente estudio publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la sequía habría provocado daños en al menos el cincuenta por ciento de la producción de primera y en su totalidad en las zonas secas.