La actual semana mundial del dolor concluirá el 17 de octubre, Día Mundial del Dolor, que se realiza con el propósito de reivindicar el derecho humano de vivir libre de dolor.
Esta sensación es desagradable, subjetiva y universal. Tiene diversos orígenes y niveles de intensidad. Nadie debe sufrir por dolor.
La importancia médico social de la diabetes mellitus o azúcar en la sangre consiste en que se trata de una enfermedad crónica, cruel y costosa que impone limitaciones individuales, familiares y sociales.
Más de seiscientas mil personas padecen esta enfermedad en nuestro país.
Uno de cada cuatro diabéticos tendrá problemas en sus pies en forma de graves infecciones que pueden conducirlo a una amputación por encima de la rodilla.
Un sesenta a setenta por ciento de los amputados de un miembro (accidentes, traumas, enfermedades vasculares, heridas de guerra o diabetes) sufren un síndrome doloroso intenso, persistente e incapacitante llamado dolor del miembro fantasma.
En nuestra anatomía normal toda parte de nuestro cuerpo está “representada” en el cerebro y cuando esta parte o miembro del cuerpo desaparece surge un “reclamo” doloroso.
El paciente grita desesperado de dolor y dice, por ejemplo en el caso de los diabéticos, que su pierna le duele mucho más que antes de ser operado.
Tiene sensación de que el miembro ausente está “acalambrado” o incómodo.
El dolor puede desencadenarse por el leve contacto con el muñón o incluso al tocarle zonas sanas del cuerpo.
Lo habitual es que las molestias dolorosas vayan desapareciendo con el tiempo, otras veces aparece la complicación tipo dolor neuropático, que es un dolor crónico e irresistible que obliga a hospitalizaciones, bloqueos anestésicos, intervenciones y otros procedimientos.
Es oportuno recordarles a nuestros amigos azucarados la importancia de cuidarse sus pies, y consultar con su médico internista de forma regular.
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