Antes de que iniciara el juicio oral y público contra Juan de Dios Rodríguez, Sotero de Jesús Reyes Alvarado y Carlos García, acusados de supuestamente participar en la masacre en la que fallecieron cinco policías el pasado 16 de agosto, en una comunidad de Punta Gorda, Bluefields, este último quiso admitir los hechos, pero luego echó pie atrás.
El procesado Carlos García de viva voz estaba admitiendo los hechos acusados por el Ministerio Público, donde lo señalan de asesinato, crimen organizado, robo agravado y otros delitos, frente a la juez Nancy Aguirre, pero de pronto dijo: “Yo acepto los hechos, pero yo no fui quien los mató”, dijo el procesado.
Momentos después la judicial expresó que no aceptaría esa admisión de hechos por no cumplir requisitos y dio orden para que iniciara el juicio.
PRESENTAN PRUEBAS
Hasta ayer pasaron 15 testigos, entre estos oficiales que participaron en la investigación, como el capitán Francisco Villarreal, quien practicó allanamiento en la vivienda del acusado Carlos García y afirmó encontrar ropa y otros pertrechos militares en la propiedad de este, evidencia que mostró durante el juicio.
También pasaron a declarar tres médicos forenses, quienes revisaron los cadáveres de los policías y confirmaron que tenían varias perforaciones realizadas con armas de fuego.
Aproximadamente a las 4:00 p.m. la judicial suspendió la audiencia de juicio, por falta de algunos testigos y continuará el próximo 16 de octubre. Los primeros cuatro testigos de esta causa, incluyendo al código 1, declararon en audiencia de anticipo de prueba, realizada la semana pasada, la cual se hizo a puertas cerradas a petición del Ministerio Público.
ACUSACIÓN DE LA FISCALÍA
Según la acusación del Ministerio Público, los hechos sangrientos se dieron el pasado 16 de agosto en la comunidad Polo de Desarrollo Daniel Guido, cuando las víctimas, los oficiales Santos Andrés Sevilla Castro, Roberto Martínez Granados, Wilber González, Jorge González y Wilbert López salían de la comunidad antes mencionada hacia la estación policial, con el acusado Jerónimo Aguilar, alias “Chombo”, quien tenía orden de captura por abigeato, quien habría sido rescatado por los demás acusados en una emboscada.