El comisionado mayor Juan Valle Valle estaba el pasado miércoles 4 de noviembre detrás de la línea de antimotines que impedía que un grupo de manifestantes accediera a la sede central del poder electoral, en Metrocentro. Desde allí giraba instrucciones a los agentes de tránsito que regulaban el tráfico en la rotonda y constantemente atendía las llamadas que le entraban al teléfono celular.
Una vez que los manifestantes se fueron Valle Valle cruzó la línea de antimotines pero no quiso hablar con LA PRENSA. Se colocó los dedos índices en las orejas e hizo señas de que no escuchaba cuando se le pidió que hablara para este reportaje. Luego se volvió a ocultar tras las tropas especiales de la Policía para reunirse con el comisionado general Pablo Emilio Ávalos, inspector general de la institución.
La historia de Valle Valle, miembro fundador de la Policía en 1979, es la de un oficial que le ha dedicado su vida a la institución de manera dedicada y eficiente y a quien le ha costado ascender dentro de la estructura de mando. Y ahora, en el ocaso de su carrera, a punto de pasar a retiro, le están lloviendo críticas, especialmente de los opositores al gobierno de Daniel Ortega, quienes lo acusan de dirigir a los policías que actúan en las protestas para proteger a las turbas del orteguismo.
“Valle Valle no nos dirige a nosotros. El que nos dirige es el comisionado Justo Pastor Urbina. Valle Valle manda solo a los agentes de tránsito”, aclara uno de los antimotines que estaba en Metrocentro este miércoles 4 de octubre.
La imagen de Valle Valle, un policía muy querido entre sus colegas y también entre la población, llegó a su punto más bajo cuando el pasado 2 de septiembre un joven, Samir Matamoros, disparó en contra de la gente que protestaba en Metrocentro cerca del comisionado Valle Valle, quien, según imágenes publicadas en los medios, no hace nada por detenerlo y más bien parece ir huyendo de la escena. “No vi nada”, dijo después Valle Valle a los periodistas.
El diputado opositor Eliseo Núñez asegura que Valle Valle ha estado presente en cada una las tres agresiones que han sufrido los opositores en las marchas en este año 2015 y la última fue el pasado martes 27 de octubre, cuando campesinos llegaron a Managua para protestar en Carretera Norte en contra del proyecto del canal interoceánico. Núñez relata que cuando se fueron los campesinos y unos pocos jóvenes estaban en la rotonda de Bello Horizonte, Valle Valle abrió la línea de antimotines para que los motorizados orteguistas pasaran a golpear a los opositores.
“Su labor ha sido proteger a los delincuentes (turbas del orteguismo). Creo que el quiere hacer puntos para lograr otro ascenso. Hace poco lo ascendieron a comisionado mayor. Lo que pasa es que con la nueva situación de la Policía los ascensos son por méritos políticos y no por profesionales”, expresó Núñez.
EL POLICÍA AMABLE Y PROFESIONAL
Originario de Ciudad Darío, Matagalpa, Valle Valle se integró a los 16 años de edad en la lucha contra Somoza. Según relató al periódico Hoy, fue herido en combate y tiene cuatro cicatrices en el cuerpo que le recuerdan lo cerca que estuvo de la muerte.
Eliseo Núñez asegura que las cicatrices que Valle Valle tiene en el cuerpo le han creado resentimiento y responsabiliza por ellas a todos los opositores a Ortega o miembros de la derecha. “Él lo ha dicho. Actúa con resentimiento”, dice Núñez.
Sin embargo, los policías y expolicías que han trabajado con Valle Valle aseguran de él que ha sido una persona amable y un gran profesional y miembro fundador de la Policía.
“Tengo buen concepto de él (Valle Valle). No puedo decir nada malo. Ha sido amable, respetuoso y profesional. Lo que han dicho de él (críticas de opositores) no me consta, hasta me parece mentira que sea cierto, hasta no creo, no sé”, dijo el exsubdirector de la Policía, comisionado general en retiro Francisco Bautista Lara, quien asegura que Valle Valle siempre ha sido muy bueno para las relaciones humanas.
Algunos exsubordinados de Valle Valle, de cuando estaba en la delegación de Tipitapa, lo recuerdan como muy responsable en sus labores policiales, tanto que algunos de sus subordinados lo califican como “negrero”, porque con tal de quedar bien con los altos jefes hace que su equipo trabaje hasta el cansancio.
“Respecto al trabajo era necio, siempre inventando planes policiales y exigiendo buenos resultados. Lo hacía para quedar bien (con sus jefes). Con la ciudadanía era zalamero. Con los (ciudadanos) miembros del comité, que él miraba que eran buenas fuentes, se llevaban bien porque él (Valle) sabía que les podía sacar provecho”, recuerda un agente.
Uno de las acciones que más fama le dieron a Valle Valle es el plan para rescatar a los bebedores consuetudinarios, al cual se le llamó “Plan Piruca”. Según algunos de sus exsubalternos, fue Valle Valle quien inventó ese plan cuando estaba de jefe de seguridad pública en Tipitapa, aproximadamente en 2004.
El plan consistía en hacer una redada policial para recoger a los borrachitos que andaban en las calles, llevarlos a la estación policial para hacerles un chequeo clínico y darles un último trago y una taza de sopa caliente, para luego conducirlos a un centro de rehabilitación de donde no saldrían hasta que se recuperaran.
Tal vez una de las manchas más negras en el expediente del comisionado mayor Valle Valle fue su relación con un homicidio en Tipitapa. Un joven murió tras recibir un balazo mientras forcejeaba con Valle Valle para no ser detenido. Valle Valle, aunque estuvo suspendido y preso, no fue acusado porque alegó defensa propia.
QUIERE PASAR A RETIRO EN BUENAS CONDICIONES
Definitivamente, Valle Valle siempre fue sembrando buenas relaciones entre sus compañeros y también entre la población, como con las vendedoras de los mercados, de los cuales fue encargado de seguridad.
Para que ahora esté siendo criticado algunos policías y expolicías indican que se debe analizar que Valle Valle es un policía que está pronto a pasar a retiro, que es fundador de la Policía Nacional y hasta hace poco, en septiembre pasado, fue ascendido a comisionado mayor. “A él le ha costado trabajo, le ha entregado su vida a la institución” y quiere pasar a retiro en buenas condiciones, explica un exjefe policial.
Además, el jefe de Valle Valle es el subdirector de la Policía, comisionado general Róger Ramírez, muy allegado a la pareja presidencial y quien actúa como jefe político del Frente Sandinista dentro de la Policía Nacional. De Ramírez se ha dicho que tiene más poder incluso que la propia primera comisionada Aminta Granera.
“Si yo estuviera en su lugar, haría lo mismo”, dice una fuente policial, quien manifiesta que hay “un montón” de policías que no están de acuerdo con lo que Ortega y el FSLN están haciendo con la Policía pero “no tienen de otra”.
Los directores de la Policía, a partir de 1990, siempre ascendieron a los policías que en los años ochenta pertenecieron a las estructuras del Ministerio del Interior (Mint), mientras que a los “policías policías”, es decir, a los que estaban en la institución desde su fundación, como es el caso de Valle Valle, los mantenían relegados, explica otra fuente policial. “Por mucho tiempo Valle Valle no pasó de capitán”, dice.
De acuerdo con estas fuentes policiales, quienes de verdad están comprometidos con la pareja presidencial son los “altos mandos” de la Policía, mientras que Valle Valle, aunque es jefe de las brigadas de Tránsito de Managua, es un mando medio que se limita a obedecer órdenes. “Valle está abajo, le rinde cuentas de todo a Róger Ramírez, que es el jefe de Managua y subdirector de la Policía”, dice la fuente.
De momento, Valle Valle sigue al frente de policías durante las protestas que demandan un mejor sistema electoral, aunque los opositores reclaman que quienes deberían estar en ese lugar son el jefe de Managua, Róger Ramírez, o el jefe de las tropas especiales, Justo Pastor Urbina.