¡Qué flaca (flaco) que estás! Te va a llevar el Minsa. Cuidado te quebrás… fueron algunas de las expresiones que escucharon Reyna Sobalvarro, Paola Jarquín, Randall Calero y Fernando Cañas.
Su peso era el “problema”. Y aunque estos jóvenes confesaron que no les molestaba que les dijeran flacas o flacos o sufrieran de “bullying”, ellos quisieron lucir un “cuerpazo”.
Es ahí donde el gimnasio entra en acción. Su meta no es solo aumentar de peso, sino tener un cuerpo esbelto y tonificado.
Aquí entre nos te contamos la historia de estos cuatro jóvenes.
TENÉ EN CUENTA
- Si querés entrar al gimnasio para subir de peso, antes debés tener en cuenta ciertos aspectos importantes. Fabio Varela, entrenador fitness del gimnasio Varelf 78, explica:
- No importa la edad para iniciar a ejercitarte. Eso sí, si sos adolescente debés tener supervisión de un profesional.
- Si tenés entre 14 y 25 años lo más recomendable es que no usés suplementos, pues a esta edad el nivel hormonal es alto y el metabolismo lo produce al ciento por ciento.
- No tomés atajos (fármacos o sustancias anabolizantes) para incrementar la masa muscular, estos perjudican tu cuerpo.
- Si eres delgado, debés saber que subir de peso es un proceso lento. “Podés ver grandes resultados con los años”, dice el entrenador.
- Para un mejor resultado tenés que comer y dormir bien. Recordá no tomar sustancias prohibidas.
FELIZ CON SU NUEVO CUERPO
Hace cuatro años, Fernando Cañas era un chavalo más para las chicas. Su cuerpo “no decía nada” y él “sentía la presión de ser
delgado”.
Fue hasta un día que Fernando decidió “transformar mi cuerpo para sentirme bien por dentro y por fuera”.
De pesar 116 libras, ahora cuenta con 155 libras de masa muscular.
“(Entrenar) lo siento como un desestrés, un pasatiempo. Lo hago por estética”, cuenta Fernando.
Todos los días tiene una cita en el gimnasio de Altamira. No deja un lugar de su cuerpo sin ejercitar, aunque tiene en cuenta que “todo lo extremo es malo”.
Listo para una nueva rutina, Fernando expresa que el gimnasio ya forma parte de su vida.
TODO UN MODELO
Randall Calero ahora es un chavalo orgulloso de su cuerpo. Ya no existe
el “te va a llevar el viento”.
Eso quedó en el Q.
Todas las tardes en el gimnasio TryFitness se encuentra entrenando al máximo. Él dice que lo “importante es sentirse bien sin sobrepasarse”.
Lleva un año de entrenamiento, sacrificio y disciplina. “Quería ver un cambio en mi cuerpo. Ahora que lo tengo debo cuidar mi salud, mi alimentación”, dice Randall.
Ser constante y disciplinado son las claves para tener el cuerpo deseado. “Hay que tener sacrificio y tiempo. Los resultados han sido satisfactorios para mí”, expresa Randall, quien ahora es modelo.
Aunque dice que no está obsesionado con el peso, su meta es entrenar más y tener músculos “más grandes”.
MENTE SALUDABLE
Mente sana, cuerpo sano. Ese es el caso de Paola Sobalvarro, quien a diferencia de las demás historias, ella visitó el gimnasio por problemas de salud.
Su afectación en la columna la llevaron a tratarse con ejercicios. Pueda que no haya operación que le resuelva su padecimiento pero sí existen métodos que le ayuden a sentirse bien. El gimnasio es uno de ellos.
“A pesar de que el doctor me dijo que no podía levantar peso, ni estar de pie ni muchas cosas, cuando entré al gimnasio empecé a hacer cosas que el doctor dijo que no podía. Ahora me siento mejor”, dice Paola.
Lo que inició como parte de su salud ahora también es por estética. “Me siento súper bien. Antes lo miraba solo por salud, ahora lo miro por estética. Mi meta es definir y tonificar mi cuerpo por completo”, resalta esta chica.
Con apenas cuatro meses de ejercitarse, Paola ha subido 15 libras (125) de masa muscular.
CUERPO EN FORMA
A Reyna Sobalvarro llegó hasta darle pena pesarse. Hace tres años su sueño era llegar a pesar cien libras, pero se truncaba en las 94.
Convencida de que podía tener el cuerpo con el que sueña toda chica, Reyna empezó a visitar el gimnasio.
“Al inicio la gente me decía que para qué iba al gimnasio, que iba a desaparecer”, cuenta Reyna.
“Yo entré por ganar peso, masa muscular, por subir mi autoestima, por vanidad, pero ahora ya lo acostumbré a mi estilo de vida”.
Ella ya es feliz. Pesa 118 libras y su meta es llegar a los 125. El gimnasio Varelf 78 es testigo de las casi dos horas de ejercicios que realiza.
“Todo comienzo es difícil, pero todo está en la mente. Yo cuando voy al gimnasio siento como si fuera a un spa donde me relajo”, comenta Reyna.