La planta de vacunas Mechnikov, un proyecto financiado con 14.1 millones de dólares de los fondos del Seguro Social, debería actualmente estar operando a una capacidad de producción de treinta millones de vacunas al año. Sin embargo, a un año de la inauguración del proyecto, en lugar de una planta médica de última generación lo que hay es solo un edificio vacío, y un permanente silencio de las autoridades nicaragüenses sobre las razones por la cual otro de los megaproyectos prometidos por el gobierno del presidente designado Daniel Ortega ha quedado completamente estancado.
A la fecha, el proyecto de la planta de vacunas Mechnikov es objeto de una investigación federal en Rusia, de acuerdo con documentos oficiales a los que ha tenido acceso LA PRENSA.
El Comité de Investigación de la Federación Rusa recibió una denuncia sobre las irregularidades en el proyecto Mechnikov, interpuesta por el primer gerente de la planta, el ciudadano ruso Vitalii Gravnoskii. Este antiguo funcionario de la planta de vacunas interpuso la denuncia en agosto pasado, y el Comité le dio respuesta, confirmando que la instancia haría las consultas sobre el caso el pasado 5 de septiembre.
Posteriormente la Procuraduría General de la Federación Rusa, en una carta enviada el 2 de octubre, le informa a Gravnoskii que se ha emitido una orden a la Unidad de Seguridad Económica y Combate a Corrupción de la Policía a proceder con la revisión e investigación de las denuncias interpuestas por el exgerente.
En el caso de Nicaragua, la situación de la planta Mechnikov fue completamente obviada por las autoridades, tanto nacionales como internacionales. La primera dama Rosario Murillo, como vocera del Gobierno, no se pronunció en sus habituales alocuciones de mediodía sobre las irregularidades en el proyecto denunciadas por una investigación de LA PRENSA, así como por el atraso del mismo. Lo mismo pasó con el Ministerio de Salud y la Organización Panamericana de la Salud.
Denuncia por desinterés de las autoridades
Gravnoskii explicó que decidió realizar la denuncia ante las autoridades federales rusas precisamente por el desinterés mostrado por las instancias rusas y nicaragüenses involucradas en el proyecto, de informar sobre los problemas del mismo e investigar las irregularidades que ha provocado la paralización del mismo.
“He tratado de alertar las autoridades rusas de todos los malhechos de la gerencia de este proyecto, de cual yo formé parte hasta septiembre del año pasado. Lamentablemente, la verdad de todos los hechos, incluso hechos potencialmente criminales de acuerdo a la legislación rusa e internacional, es tan peligrosa que ni las autoridades nicaragüenses ni sus contrapartes rusas, quisieron atender a esta situación y tomar la responsabilidad”, señaló primeramente por medio de un correo electrónico enviado a LA PRENSA el jueves 19 de octubre.
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“En agosto de este año tomé la decisión de exponer todas las actividades de la gerencia del proyecto a las autoridades oficiales rusas, empezando con las denuncias contra la gerencia del Instituto de Investigación Científica de las Vacunas y Sueros de San Petersburgo de la Agencia Federal Médica Biológica de Rusia, interpuesta al Parlamento Ruso, la Presidencia, la Procuraduría General y Comité Investigativo de la Federación Rusa. Esto resultó en que la Procuraduría de San Petersburgo encargó al Departamento de Seguridad Económica y Contracción de la Corrupción de San Petersburgo y la Región de Leningrado, a proceder y revisar mi apelación oficial ante “una posible violación de los requisitos de las leyes penales por grupo de personas y en otros asuntos. Estoy claro que en este caso estoy enfrentando figuras bastante fuertes y poderosas en Rusia, como el jefe de la Agencia Federal Médica Biológica de Rusia, Vladimir Uiba, que es el padre del gerente actual de Mechnikov, Stanislav Uiba”, añade el correo de Gravnoskii.
La planta de producción de vacunas Mechnikov se hizo con aporte de Rusia y el INSS de Nicaragua. LA PRENSA/ ARCHIVO
Más de US$35 millones invertidos en Mechnikov
El 22 de octubre del 2016, la vicepresidenta designada y vocera de gobierno, la primera dama Rosario Murillo Zambrana, anunciaba con entusiasmo que Nicaragua se colocaba en el mapa mundial de la salud pública. La planta Mechnikov, llamada así en honor al prominente médico ruso Iliá Ilich Méchnikov, ganador del premio Nobel de Medicina en 1908, abastecería de vacunas en contra de la influenza, paludismo y malaria al país y al resto de la región centroamericana.
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Además de los 14.1 millones de dólares de fondos de los asegurados, para echar a andar el proyecto, dispusieron 21 millones de dólares de fondos federales rusos. La inauguración del proyecto fue presidida por el titular del Seguro Social, el capitán en retiro Roberto López y la ministra de Salud de Rusia, Veronika Skvortsova. Acuerpando el evento estuvo la directora de la Organización Panamericana de la Salud, la doctora Clarissa Etienne. Como invitado de honor, el hijo de la pareja presidencial, Laureano Ortega Murillo, quien fue el negociador con Rusia para la llegada del proyecto al país.
Discrecionalidad sin explicación
Ana Quirós, especialista en temas de salud pública, expresó por su parte lo preocupante que es la falta de información sobre el proyecto por parte del Gobierno, ya que hay fondos públicos —en referencia a los 14.1 millones de dólares colocados para el proyecto por el Seguro Social— involucrados en Mechnikov.
“A los asegurados nos deberían estar rindiendo cuentas. En cualquier otro lado, esta empresa ya hubiese sido multada. Ya debieran estar aclarando si esa inversión pública se va a recuperar, porque hasta el momento no se ha recuperado un solo centavo de esos fondos, ni hemos visto ningún producto”, indicó Quirós.
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“Podría ser que la inversión no se recuperará tan pronto, pero al menos deberíamos estar viendo los productos, las vacunas. Deberíamos estar teniendo explicaciones del Gobierno, que es el que propició la inversión, del INSS que facilitó los recursos, muy alegremente, porque no son recursos propios, son de los asegurados. Y lo hizo en un momento en que el sistema de seguridad social está colapsando por los malos manejos y el uso discrecional de los recursos de los asegurados”, añadió la especialista.
Megapromesas
Una constante en la forma de gobernar del actual presidente designado, Daniel Ortega, es adornar su administración con promesas de grandes proyectos El caso de la planta de vacunas Mechnikov no es aislado. Aquí un recuento de algunas megapromesas hechas desde que Ortega alcanzó el poder hace 10 años, y que siguen vivas solo en el discurso del caudillo sandinista.
1.- El canal interoceánico
La promesa más ambiciosa de Ortega. El “proyecto de ingeniería más grande de la humanidad” que llevaría a Nicaragua a la “tierra prometida”. Fue otorgado de forma directa a la empresa HKND Group, manejada por el empresario chino Wang Jing. Acuerpado por la empresa privada, el gobierno de Ortega prometió que la etapa inicial del proyecto estaría concluida en cinco años (2019) y como consecuencia del mismo se duplicaría el Producto Interno Bruto del país. A la fecha, en el sitio en donde fue lanzado el proyecto, pastan vacas.
2.- El satélite
En 2012, el actual director de Telcor, Orlando Castillo, y Laureano Ortega Murillo, promotor de inversiones en el país, anuncian que para 2015 se estaría colocando en el espacio exterior el primer satélite nicaragüense, denominado NicaSat-1. El rango de cobertura del satélite abarcaría desde México hasta Colombia, países a los que Nicaragua vendería servicios en materia de espacios y derechos en comunicaciones. El satélite sería diseñado por una empresa china denominada Gran Muralla China, también vinculada al empresario Wang Jing. A la fecha, del satélite solo existe una copia en miniatura que los empresarios chinos le regalaron a Laureano Ortega Murillo, el día del lanzamiento del proyecto.
3.- La refinería El Supremo Sueño de Bolívar
La imagen del fallecido caudillo venezolano Hugo Chávez Frías, alzando la mano izquierda del actual presidente designado Daniel Ortega, ambos con el pie en la primera piedra de la refinería El Supremo Sueño de Bolívar, quedó para la historia como el principio y fin de la mayor promesa en el marco de la iniciativa política del Alba. Con una supuesta capacidad de refinar hasta cincuenta mil barriles diarios, la refinería convertiría a Nicaragua en la gasolinera de Centroamérica. Su primera etapa estaba prevista estar concluida en 2012. A la fecha, en donde debería estar la refinería, funciona un complejo de almacenamiento petrolero.
Donde debería funcionar una refinería con capacidad para procesar cincuenta mil barriles diarios, lo que hay es un complejo de almacenamiento petrolero.
LAPRENSA/ ARCHIVO
4.- La represa Tumarín
El 30 de junio se cumplieron ocho años desde que se creó la Ley 695, Ley Especial para el Desarrollo del Proyecto Hidroeléctrico Tumarín, la cual le autorizaba a la empresa Centrales Hidroeléctricas de Nicaragua (CHN) ejecutar el proyecto hidro más grande de la historia de Nicaragua: la represa Tumarín. Estaba previsto aportar 253 megavatios al sistema energético nacional.
Se estimaba una recaudación de impuestos del orden de 56 millones de dólares anuales y la creación de sesenta mil empleos, con la hidroeléctrica operando a toda capacidad. A la fecha, donde debería estar operando la hidroeléctrica, solo queda un pueblo abandonado, Apawas, cuyos habitantes vendieron sus propiedades para el desarrollo del proyecto.