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Carabelas, Nicaragua, instituciones

¿A qué apuesta Daniel Ortega?

Le dije que Ortega, en toda negociación o conflicto, siempre trataba de avanzar lo más posible, y nunca regresaba al punto de partida

Con la pregunta ¿a qué apuesta Ortega? interrumpió una entrevista, la corresponsal de un medio internacional.

Antes, le había explicado que Ortega estaba perdiendo en la calle, en el Diálogo y en la comunidad internacional.

En la calle, aunque haya retomado cierto control territorial a base de terror. En efecto, los asesinados se han más que triplicado desde la primera visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), a mediados de mayo. Pero, como lo demuestra la marcha del pasado jueves en Managua y el paro total del país ayer, esa victoria táctica de Ortega a base de terror, profundiza su derrota estratégica, pues entre más terror y horror, más rechazo y de más nicaragüenses, más repulsa de la comunidad internacional, y más cohesión de la Alianza Cívica en el Diálogo Nacional.

En el Diálogo, pues la Conferencia Episcopal (CEN) ha decidido continuar con el mismo pese a que la agresión contra obispos y sacerdotes el pasado lunes en Diriamba, estaba dirigida, entre otros objetivos, a que la CEN lo diera por cancelado. Pero no se puede, a pesar de las ofensas, abandonar un terreno en el cual el Gobierno está a la defensiva por las demandas compartidas por Nicaragua y la comunidad internacional, de justicia y democratización.

Por lo demás, Ortega olvidó lo que el arzobispo Romero, asesinado en 1980 en El Salvador, dijo: “El conflicto no es entre la Iglesia y el Gobierno, es entre Gobierno y pueblo”.

Y en la comunidad internacional, como lo demuestra la convocatoria ayer de un Consejo Permanente Extraordinario de la OEA, además de la creciente visibilidad del despotismo de Ortega, y que cada vez más países se agregan en la demanda de elecciones anticipadas, que inevitablemente se darán y el orteguismo, también inevitablemente, perderá.

Fue en esta parte de mi análisis que surgió la pregunta: si Ortega está perdiendo en todos los frentes, ¿a qué apuesta?

Le dije que Ortega, en toda negociación o conflicto, siempre trataba de avanzar lo más posible, y nunca regresaba al punto de partida. Siempre quedaba un poco más adelante. Alzaba la parada, como solemos decir los nicaragüenses, y después cedía en algo, pero no regresaba el punto inicial. Intentó reprimir selectivamente, como lo hizo durante más de una década, pero la generalización de la protesta lo condujo a reprimir masivamente. Y ya no hay retorno: la cuota de sangre que se ha cobrado, incluyendo ejecuciones extrajudiciales, fortalece la demanda de justicia y democratización, y no hay otra concesión que pueda dar.

El arsenal de Ortega está lleno de balas, pero no de concesiones que puedan calmar las protestas y la indignación de los nicaragüenses.

El autor fue candidato vicepresidencial.

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