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Daniel, Rosario y Buteflika

EHumberto Carriónl 11 de marzo se publicó en este diario un artículo propio titulado Los tiempos pasan, y once días después un artículo de Sergio Ramírez, El poder y la muerte, sobre el mismo tema: los pretéritos en el poder.

Abdelaziz Buteflika es uno de esos pretéritos que pretendía un quinto mandato presidencial consecutivo en las elecciones en Argelia, hasta que estando internado en un hospital en el exterior recibió la noticia de levantamientos espontáneos —autoconvocados— contra su cuarta reelección —el detonante—. Primero fueron centenas de miles los manifestantes, después millones.

Buteflika había enviado desde el hospital un mensaje a la nación por medio de uno de sus secretarios diciendo que de ser reelecto —el fraude—, convocaría a nuevas elecciones en el término de un año en las que él no sería candidato —la transición controlada—. El jefe del ejército por su parte, quien hablaba en público por el presidente, preguntó a los argelinos si deseaban regresar a los años del dolor, refiriéndose a la cruenta guerra civil contra los musulmanes.

Buteflika tuvo que retornar a Argel de urgencia, sustituyó al primer ministro pretendiendo aplacar a los manifestantes, y el jefe del ejército cambió su discurso afirmando que el ejército y el pueblo son lo mismo porque el ejército viene del pueblo.

De hecho, los mandos históricos del ejército y las fuerzas de policía provienen del Frente de Liberación Nacional (FLN), artífices de la guerra de independencia contra el dominio francés, con la salvedad que allá ni la policía ni el ejército han salido a las calles a reprimir al pueblo, menos aún se han constituido fuerzas paramilitares asesinas afines al régimen. Eso no es posible, los argelinos tienen conciencia histórica, son bravos y saben resistir. Como aquí.

Con 20 años en el poder Buteflika se corrompió con su familia, pero dejó de tener el apoyo del jefe del ejército por el temor al colapso del régimen y al fortalecimiento de los países vecinos en el Magreb. Pero ahora el jefe del ejército pidió públicamente que a Buteflika se le declarara incapacitado para gobernar, todo según la Constitución, y permitir así una transición controlada por él mismo, pero los argelinos lo que quieren es que se vayan ambos.

Aquí la pareja en el poder, amiga de Buteflika según El 19 Digital, reprime ferozmente cualquier manifestación en su contra por más pacífica que sea, y pretende confundir a los confundibles con un diálogo que no conduce a ninguna parte. El precio a pagar por todos por su terquedad no les interesa, como en Venezuela.

Daniel y Rosario no tienen intención alguna de dejar el poder sino hasta que se les acabe la ruta y les quede solo el despeñadero. ¿O vendrá también aquí el ejército ruso a su rescate?

El autor es doctor en Derecho.

Opinión Rosario Murillo
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