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Un marzo tétrico e insólito

El mes de marzo pasó a la historia como tétrico e insólito. Tétrico porque en marzo reventó a nivel mundial la peor pandemia en un siglo: el Covid-19. De los más de un millón de casos de Covid-19 existentes, 90 por ciento se dieron en marzo. Y la vasta mayoría de estos ocurrieron fuera de la China, donde estalló la peste, en países como Estados Unidos, Italia y España.

Como resultado del Covid-19 y de las medidas de cuarentena que gobiernos han tomado para combatirlo, todas las grandes economías del mundo han sufrido. A finales de 2019, por ejemplo, el Fondo Monetario (FMI) había pronosticado que la economía global crecería 3.4 por ciento en 2020. Sin embargo Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, ha anunciado que esta cifra será ajustada fuertemente hacia abajo. Aunque no divulgó la nueva estimación, que será publicada el 14 de abril, estoy seguro que revelará una contracción de la economía global o, en el mejor de los casos, cero crecimiento.

Las noticias de las dos economías más grandes del mundo no son buenas. En China, el país que ha sido el poderoso motor del crecimiento global, se estima que en 2020 no crecerá. ¡Esto no ha pasado en 44 años! Y según Goldman Sachs, la economía estadounidense sufrirá una contracción de 6.2 por ciento. Reflejando estas situaciones, la bolsa de Nueva York acaba de cerrar el peor primer trimestre de su larga historia.

El costo social de la crisis es espeluznante. En marzo, 10 millones de personas perdieron sus empleos en los Estados Unidos. Y según algunos economistas del FED (el Banco Central de Estados Unidos) el desempleo podría alcanzar 32 por ciento en el tercer trimestre. Para poner esto en contexto, el nivel más alto de cesantía durante la Gran Depresión de los años treinta del siglo pasado fue 25 por ciento. ¡Y en febrero de este año era solo 3.5 por ciento!

Para revertir esta peligrosa situación, gobiernos alrededor del mundo han recurrido a medidas insólitas. Por ejemplo, Estados Unidos acaba de aprobar un paquete de apoyo fiscal de US$2.2 trillones para el sector privado y sus contribuyentes. Esta cifra es enorme, aproximadamente igual a las economías de Rusia, Argentina y Chile ¡combinadas! En buen cristiano, Washington ha recurrido a “la maquinita” para estimular a su economía. Esto sería desastroso y condenado por el FMI si lo hiciéramos nosotros o Brasil. Pero la Unión Americana lo pudo hacer, y con la venia del FMI, porque el dólar es, de hecho, la moneda de curso legal alrededor del mundo, su inflación es mínima y, sobre todo, porque esta medida se tomó para evitar que su economía –y la del mundo entero— colapsara.

¿Qué significa todo esto para Nicaragua? En El Carmen me imagino que hay quienes piensan que el Covid-19 puede beneficiarlos porque el mundo se olvidará de nuestros problemas políticos. Y puede que tengan razón. Pero hay otro poderoso contrapeso: la elección estadounidense en noviembre y la importancia de la Florida para ambos partidos y, por consiguiente, del voto de la diáspora latinoamericana (incluyendo la nicaragüense) en el sur de ese estado. Y esta realidad también se impondrá.

Otra realidad es que el Covid-19, y sus secuelas, perjudicarán a nuestros compatriotas en países como Norteamérica y España, por ejemplo. Y esto afectaría negativamente a las remesas que ellos envían a sus seres queridos acá. Por otro lado, la turbulencia económica en Norteamérica, que ya está impactando a nuestras zonas francas, también podría aumentar y castigarlas aún más en los meses venideros. ¡Esto sería catastrófico!

Del lado positivo, tanto el Banco Mundial como el FMI han indicado que los países más pobres, como Nicaragua, necesitarán un apoyo financiero excepcional para sobrevivir el Covid-19, y ya están consiguiendo los fondos para proveerles esta asistencia. Es más, ya están actuando. El FMI anunció el desembolso de US$143 millones para Honduras en reconocimiento de las medidas contundentes que su gobierno ha tomado para proteger al pueblo de la peste. Este desembolso fue anunciado el 31 de marzo. ¡Al menos algo positivo ocurrió en ese tétrico mes! La pregunta de los millones será ¿podrá Nicaragua también tener acceso a operaciones como esta? Esto es algo que tendrán que valorar ¡en Washington …y El Carmen!

El autor fue canciller de Nicaragua y embajador en EE.UU.

Opinión
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