Como todos en la clase media estamos sujetos a chantajes, extorsión y presiones de distintas índole, ahora me tocó a mí.
Después de décadas de tener un historial de consumo de agua en mi casa, de un día a otro se me aumenta el consumo en cinco veces, en invierno, sin que existan cambios sustanciales en la vivienda, ni haya fugas, simplemente se quintuplica el consumo de metros cúbicos de agua, sin ninguna justificación.
Debido a mis circunstancias económicas estoy atento a toda variación que pueda afectar mis ingresos y me voy a investigar para comprobar cuánto había variado con respecto al mes anterior. Me entero que, según el recibo de cobro, he consumido 25 metros cúbicos de agua, cuando mi consumo histórico es de seis o siete metros, extrañado voy al medidor y en él se lee otra cosa, se mantiene mi consumo histórico, pero se me cobra cinco veces más de consumo. La persona que leyó el medidor seguramente tenía algún problema personal de visión y no leyó bien o recibió instrucciones precisas y concretas.
Mi primera reacción fue contactar a la empresa para que viera su error, hice múltiples llamadas y nadie contestó los teléfonos.
Envié por internet mensajes, nadie contestó.
Acudí personalmente a una sucursal para exponer mi caso, expliqué que he intentado resolverlo por teléfono e internet y me manifestó una funcionaria que no atienden teléfono o internet, que tiene que ser presencial, sin ninguna medida de seguridad en las instalaciones.
La funcionaria que me atendió, a quien le mostré la foto del medidor con su lectura real, que difiere a la presentada en la factura comercial de cobro, expresó que tenían que hacer inspecciones, lo cual vi lógico, pues yo puedo estar mintiendo. Pero me advirtió que si no pagaba en el término indicado en la factura estaría en mora y antes que venciera el plazo debería presentarme nuevamente en las instalaciones, no comprendo.
¿Cuál es el objetivo?
¿Cuál es el uso del teléfono e internet en las instituciones públicas? Si no resuelven y ayudan al ciudadano, y es usada únicamente para propaganda y promoción, especialmente en esta época de pandemia, es tecnología desperdiciada, pudiendo servir al ciudadano enormemente.
¿Será que el medidor es brujo y marca en un sentido para el usuario y otro para la persona de la empresa que hace la lectura?
El autor es abogado.