CARTAS DE AMOR A NICARAGUA
Querida Nicaragua: Decía mi abuelo Melchor Irías que entre más páginas y más promesas contenga un programa de gobierno, más sospechoso se vuelve. No hay necesidad de usar tantas palabras, decía, para decir lo que hay que hacer para reparar lo malo que haya hecho el gobierno anterior y lo bueno que promete el candidato que aspira a la Presidencia.
Nada más cierto para los caballeros y las damas que están siendo mencionados para ocupar la silla presidencial luego de la caída del régimen dictatorial que actualmente está aferrado al poder y pretende cinco años más con los que llevaría veintinueve, todo un récord en nuestro país.
Claro que cuando se decide tomar el gobierno por la fuerza y se forma un grupo dispuesto a dar un golpe de Estado, obviamente no necesita ningún programa de gobierno. Cuando llega al poder, si es que triunfa comienza un período anarquizante donde muchos guerrilleros se apoderan de lo ajeno y más. En este caso comienza un nuevo gobierno probablemente peor que el derrotado. Gracias a Dios esos tiempos han pasado y esperamos que no vuelvan. Estamos hablando de civilismo, de democracia, de respeto por las leyes, de reparar todo lo malo que hemos padecido en los últimos años. Esto requiere que gente sana, civilistas, patriotas se preparen para un proceso electoral y eso es precisamente lo que estamos viendo en Nicaragua. A los señores que se ha mencionado como probables candidatos para escoger entre ellos al presidente del futuro les recomendamos preparar un plan de gobierno efectivo, no ofrecer en él la luna y las estrellas o el reino de la abundancia. Un programa realista que ofrezca terminar inmediatamente con los vicios, la corrupción, la persecución, que acabe con el afán de poner preso a todo ciudadano que despliegue la bandera azul y blanco, un gobierno sin prisioneros políticos y sin delincuentes policiales que rodeen las viviendas de los ciudadanos que critiquen al gobierno. Hay que ofrecer y crear un nuevo Congreso Nacional con diputados verdaderamente electos por sus comunidades y no a dedazos de los caudillos. Ese Congreso se encargará de poner en orden las cosas porque será un grupo de hombres patriotas, honrados, con una visión diferente del quehacer político, hombres que aceptaron ser diputados con salarios menores a los de la dictadura derrotada, diputados que no van al Congreso como si el Gobierno fuese un botín de guerra. Todo lo contrario, van al Congreso a corregir los errores de todos aquellos abusadores que estuvieron ahí obedeciendo al caudillo y recibiendo sueldos altos, viáticos, combustible y prebendas especiales para sus familiares, etc.
Ustedes candidatos deben ofrecer esto en sus programas de gobierno, en sus discursos populares, en sus contactos con los posibles votantes. Y deben ofrecer para cumplir un nuevo trato a los pequeños negocios para que vuelva a florecer la economía, abrirán los cielos a las rutas aéreas evitando los cobros exagerados que han destruido la industria turística. Deben ofrecer y cumplir combatir realmente la pandemia existente y hacer las pruebas del Covid-19 sin costo para el pueblo pobre. Deben bajar los presupuestos militares y aumentar los de salud y educación urgentemente. No deben invertir los dineros del erario en propaganda para ningún partido político. Y hay muchas cosas más que se pueden ofrecer a un pueblo necesitado de todo. No se necesitan programas de gobierno de muchas páginas. En pocas líneas se pueden escribir todos los anhelos de los pueblos ansiosos de salir de la desgracia y vivir y trabajar en libertad.
El autor es empresario radial. Fue candidato a la Presidencia de Nicaragua.