Hace unos meses, nuestro obispo de la Diócesis de Matagalpa se refirió que entre opositores había ataques sin piedad, lamentablemente esto continúa, en ocasiones lo queremos enmendar con otros argumentos vagos, pero el daño está hecho.
Por otro lado, si hemos actuado con diligencia al atacar a los mismos opositores, ¿por qué no protestaron por el escrito de una persona que tanto daño causó a la nación? ¿Cómo es posible que nos diga que debemos cohabitar con los que llenan de dolor a los nicaragüenses a través de las armas? Esto no lo debemos permitir los demócratas, pues Nicaragua está sumergida en un caos y parece que el único que no lo sabe es el que lo pide. Este individuo llamó siempre a asesinar a la oposición, ¿tendrá autoridad moral para opinar?
La participación de la periodista Cristiana Chamorro en el conversatorio promovido por Diálogo Interamericano, dijo lo que para ella era lo mejor, sin embargo, no hubo acierto en que pidiera la comisión de negociación con la dictadura, en lo que sí acertó fue en decir que si Biden olvida Nicaragua, Rusia y China estarán más cerca, algo que Obama ignoró y permitió el desastre que ocurre en Venezuela.
Cristiana Chamorro debe dejar de decir que no milita en política, que no tiene partido político, pues a estas alturas del campeonato debió haber tomado bando político, desde hace mucho tiempo, en cuanto más tarde lo haga, será peor para Nicaragua, y llegar cuando la mesa está servida, no es bueno. En nuestra corta existencia democrática hemos tenido tres presidentes demócratas que no se aferraron al poder, pero sí hubo uno que persiguió furiosamente al partido político que lo llevó al poder, algo que no hizo contra el instigador de las asonadas que destruyeron Managua. De ellos, dos no contaron con partido político que los respaldaran en la Asamblea Nacional, no lograron apoyo político y solo se quedaron con el título de presidente de la República. No quiero que vuelva a ocurrir eso, pienso que necesitamos un presidente que cuente con el respaldo de un partido político, que la presidencia encuentre respaldo unánime en la Asamblea y viceversa.
Mayo es demasiado tarde si se piensa que la dictadura va a mostrar flexibilidad; si en abril no existe candidato de consenso, la división se hará más profunda. De los cuatro aspirantes, solo uno cuenta con partido político, pero sin estructura partidaria, los otros tres no tienen nada, por mucha simpatía que saquen en las encuestas, así que no se les puede exigir unidad, la responsabilidad será de los que tienen que elegir al candidato de consenso lo más pronto.
El autor es comentarista político.