CARTAS DE AMOR A NICARAGUA
Querida Nicaragua; imposible dejar pasar esta fecha sin recordar la trayectoria dramática de LA PRENSA que cumple hoy 95 años.
Nació precisamente el 2 de marzo de 1926 en una Nicaragua siempre inmersa en situaciones confrontativas de los dos partidos: liberales y conservadores. Los fundadores del Diario fueron el periodista Gabry Rivas, de grata recordación y don Pedro Belli y un hermano suyo, igualmente recordados por su prestigio periodístico. Fue en el año 1932 cuando LA PRENSA pasó a manos del doctor Pedro Joaquín Chamorro Zelaya.
Eran tiempos tormentosos en una Nicaragua intervenida por tropas norteamericanas. Sandino resolvió hacer la guerra contra ellos hasta echarlos del país, lo que logró exitosamente, aunque poco tiempo después, el 21 de febrero de 1934, Somoza García le tendió una emboscada fusilándolo junto con tres de sus acompañantes.
LA PRENSA empezó a investigar aquel tiroteo que se sintió en una buena parte de la Managua pequeña de aquel tiempo, y naturalmente publicó el hecho aunque sin mencionar nombres por no tener fuentes de información adecuadas. Los rumores que proliferaron por la capital aquella trágica noche dejaron de ser rumores cuando LA PRENSA publicó la noticia que indudablemente conmovió a todos los países del continente americano y algunos europeos. Era noticia mundial divulgada desde Managua por LA PRENSA, el diario de ideología conservadora que competía con otro buen periódico, La Noticia, de ideología liberal, del periodista Juan Ramón Avilés. En los años cuarenta gobernaba el país con mano de hierro el general Anastasio Somoza García. Era un dictador simpático, íntimo amigo de los Estados Unidos, era progresista, pero ladrón. Utilizaba el dinero del Estado para pagar a los mozos de su finca azucarera Montelimar, también utilizaba el Ferrocarril nacional haciendo un ramal para que pudiera entrar llevando y trayendo la producción de su ingenio azucarero.
LA PRENSA publicaba este tipo de corrupciones y todas las semanas había algo nuevo que decir de tanta corrupción. El ministro del Distrito Nacional (alcalde en ese tiempo) era don Andrés Murillo, somocista furibundo y odiaba a LA PRENSA de tal forma que un día, mandó uno de los tractores de la comuna con la misión especial de pasar por encima de la acera del edificio de LA PRENSA en la calle del Triunfo, destruyó la acera y raspó parte de las paredes. Esa ha sido la vida de LA PRENSA, luchar contra la corrupción, defender valores y soportar destrucciones y abusos de las dictaduras.
Cuando llegó de México Pedro J. Chamorro Cardenal el periódico se modernizó y Pedro comenzó a escribir sus editoriales atacando de fondo todo acto abusivo del somocismo, lo que le costó continuas acusaciones del Gobierno. La cárcel fue para él un sitio familiar, acusado injustamente por los sucesos del 54, acusado también por el atentado donde el dictador fue baleado por Rigoberto López Pérez, sufrió cárcel y torturas encerrado en la jaula de los leones y por último desterrado a San Carlos, de donde en una aventura de ribetes cinematográficos jugándose la vida con doña Violeta pudo escapar hacia Costa Rica.
En los años 30 LA PRENSA llegaba cada semana a mi pueblo. El tío Manuel, liberal, era asiduo lector de LA PRENSA y admiraba a Pedro Joaquín. Un día le dije que por qué siendo liberal alababa tanto a Pedro que era conservador. Entonces me dijo: porque Pedro Joaquín defiende la justicia, la religión, la honradez, lucha contra las corrupciones y las sinvergüenzadas de esta dictadura, no sé qué haríamos sin LA PRENSA. Y agregó: LA PRENSA sí es una verdadera república de papel.
El autor es empresario radial. Fue candidato a la Presidencia de Nicaragua.