14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

A un paso del siglo

Bien podría decirse aunque no seamos tan obedientes con la exactitud que el Diario LA PRENSA —fortaleza actualmente erguida— está a un paso de cumplir un siglo de circulación en los corredores de la opinión pública, a un paso de lucir la categoría de centenaria. Experiencias tanto gozosas como dolorosas que ha correspondido sentir al servicio de la comunidad entre altos y bajos, vaivén superado por el formidable empeño oscilando entre silencios obligados y las circunstancias en que ha estado vigente donde, por supuesto, sostiene la mayoría del tiempo.

LA PRENSA ha cumplido 95 años de seguir siendo LA PRENSA sin ninguna modificación que haya sido negativa a la pulcritud de sus convicciones a las que han opuesto sectores que no armonizan con su línea, como sucede en toda sociedad donde hay diversidad de pensamientos por cuanto ella no es monedita de oro. Su ruta sigue los principios de la libertad, tesoro básico del origen. Durante los cinco años que le quedan para ser centenaria, está fundada por el doctor Pedro Joaquín Chamorro Zelaya, no extraviado el empeño de la continuidad con el sacrificio de uno de sus directores, mejor identificado como el Mártir de las Libertades Públicas, doctor Pedro Joaquín Chamorro Cardenal. Precisamente a él debo referirme en este artículo reminiscente.

Estoy en Radio Mundial —desde una considerable dosis de tiempo—, un poco más de cincuenta años que reflejan mi fisonomía octogenaria oficiando como locutor, narrador y director de los radioperiódicos “La Verdad” y “El Momento”. Tanto Radio Mundial como LA PRENSA estaban situadas en los alrededores del barrio San Sebastián. LA PRENSA ubicada en la calle del Triunfo. El doctor Pedro Joaquín Chamorro Cardenal podía caminar a pie las pocas cuadras que lo distanciaban de la emisora, víctima también de la tiranía somocista, ahí hacía su editorial LA PRENSA en el aire en “vivo y en todo color”. Durante todo ese trayecto caminaba sujeto al “golpe del calcetín” en el afán de seguir los compases de su posición vertical. Solía presentarlo las veces que me correspondía la obligación del turno. Fue ahí, aprovechando el contacto personal, que podía abordarlo en la coyuntura de la entrevista. Llegué a ser colaborador de LA PRENSA y sigo siéndolo durante todo ese tiempo en la columna que tenía el nombre de “El Momento” —no pocas veces estaba situada al lado del editorial, dependiendo de las circunstancias—. Haciendo uso de la libertad de expresión, del derecho de disentir, mantuvimos el extremo de polemizar; él desde la imprenta, el suscrito desde el micrófono. En los 95 años, a un paso del siglo, celebro la cercanía vivencial de aquellos tiempos.

El autor es periodista.

 

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí