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Construir un sistema de salud inclusivo con Taiwán

La amenaza de las enfermedades infecciosas emergentes para la salud, la economía, el comercio y el turismo nunca cesa. Una nueva forma de neumonía que surgió por primera vez en Wuhan, China, a finales de 2019, y que desde entonces ha sido clasificada como “enfermedad por coronavirus 2019 (Covid-19)”, ha causado más de 126 millones de casos y más de 2.7 millones de muertes en todo el mundo a fecha de marzo de 2021.

Dicha enfermedad ha supuesto un enorme impacto médico, económico y social en todo el mundo y ha amenazado significativamente los esfuerzos mundiales para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

Debido a su proximidad con China, se esperaba que Taiwán fuera uno de los países más afectados por la pandemia. Pero gracias a su experiencia en la lucha contra el brote del SARS de 2003, Taiwán no ignoró las alarmas y recopiló los datos oficiales y no oficiales según iban evolucionando, para acabar formando un panorama de la enfermedad emergente que implicaba un alcance y una gravedad mayores de lo que sugería la percepción pública mundial.

Hasta el 22 de abril de 2021, en Taiwán se habían confirmado 1,086 casos, incluidos 11 fallecimientos. La vida y el trabajo han continuado con normalidad para la mayoría de la población. Taiwán ha contenido la Covid-19 desde el comienzo de la pandemia, habiendo conseguido también un récord de 253 días sin ningún caso de transmisión local entre abril y diciembre de 2020.

Después de lidiar con el SARS, Taiwán estableció una red nacional de atención médica para enfermedades infecciosas, dirigida y supervisada por expertos en enfermedades infecciosas en seis regiones. La red también proporciona la autoridad legal para transferir pacientes con enfermedades altamente contagiosas a instalaciones designadas en base a la salud pública y a las necesidades clínicas. Gracias a esta red, solo ha habido dos brotes de Covid-19 asociados a hospitales en Taiwán. Ambos fueron correctamente controlados, dando como resultado un total de 11 casos y cero muertes de profesionales de la salud.

Para mantener las esenciales actividades internacionales, sociales, económicas y comerciales, Taiwán implementó ajustes flexibles en las medidas de cuarentena para embarcaciones y aeronaves, de modo que las industrias de pesca, parques eólicos marinos y transporte aéreo pudieran continuar operando. Además, la confianza pública y la cooperación con la respuesta del Gobierno han sido clave para contener con éxito la Covid-19. A lo largo de esta pandemia, Taiwán ha demostrado un énfasis en el derecho a la salud, a las protecciones asociadas y una fuerte oposición a los abusos de los derechos humanos. De hecho, en ningún momento Taiwán ha restringido el derecho de las personas a la libertad de expresión, reunión o participación en la vida pública.

Como miembro responsable de la comunidad internacional, Taiwán hará todo lo posible para trabajar con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los líderes en salud mundial para garantizar que todas las personas disfruten de una forma de vida y condiciones de trabajo saludables. También vigilaremos las desigualdades de salud para abogar de manera más efectiva por el acceso universal a servicios de salud de calidad.

Gracias a su sólido sistema de salud, rigurosas estrategias de prueba, la transparencia de la información y la coordinación de lo público y lo privado, la respuesta de Taiwán a la Covid-19 ha sido una de las historias más exitosas del mundo. Sabemos, que Taiwán juega un papel indispensable en la vigilancia global y los sistemas de alerta temprana que detectan la amenaza de enfermedades infecciosas emergentes, y el llamado “Modelo de Taiwán” ha demostrado ser consistentemente capaz de contener el Covid-19.

Poder participar plenamente en los sistemas internacionales de la cadena de suministro de las plataformas de diagnóstico, vacunas y terapéuticas globales del Covid-19, permitiría a Taiwán contribuir más y trabajar más arduamente junto al resto del mundo.

Por lo tanto, instamos a la OMS y a las partes relacionadas a reconocer las contribuciones que desde hace tiempo realiza Taiwán a la comunidad internacional en las áreas de salud pública, prevención de enfermedades y el derecho humano a la salud, y a incluirla en sus reuniones, mecanismos y actividades.

Reafirmamos que Taiwán seguirá trabajando con el resto del mundo, para garantizar que todas las personas disfruten del derecho humano fundamental a la salud, estipulado en la Constitución de la OMS.

El autor es ministro de Salud y Bienestar, República de China (Taiwán).

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