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Cirugía de columna

Dejo claro que no soy médico, pero lo mejor, soy una persona de cirugía de columna lumbar con las terribles secuelas, y quiero hablar de esto porque me asombra los jóvenes que acuden a hospitales por los accidentes laborales de columna cervical o lumbar. Desde la llegada observo que aquellos afortunados por estar asegurados, los han enviado a una especialidad que se denomina, algología, el médico tratante es el algólogo, el que también tiene la especialidad de anestesiología, al que el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), a través de la oficina de Riesgo Laboral le ha encomendado de manera simbólica la facultad de ser quien determine las transferencias a otras especialidades, esto porque ni ellos mismos lo saben, a través de conversación con ellos lo supe.

Pero el problema del artículo es la cirugía de columna cervical o lumbar, es atrozmente cierto que cuando el paciente llega donde el especialista que lo va a operar (no el algólogo), el especialista le plantea inmediatamente que la “solución” es la cirugía, pero no le advierte las terribles secuelas que se van a derribar de la cirugía.

La persona desconoce que no volverá a hacer el mismo, la vida laboral para estas personas terminó en todo el sentido de la palabra, especialmente si la persona es joven porque su fuerza se fue para siempre y a una familia que responder, esto es diferente si la persona tiene una profesión benévola que le permitan laborar, pero no el caso de un topógrafo que conocí.

Otro día en la oficina de Fisioterapia, los presentes nos sorprendimos cuando entró un joven literalmente arrastrando la pierna derecha, le preguntamos qué le había pasado, contó que después de la cirugía de columna lumbar así había quedado y que el doctor le dijo que lo volvería a operar.

Un día, me encontré con un hombre que provenía del sector minero, me contó que no podía trabajar y que gastaba una gran cantidad de dinero que le entregaba su familia para venir a resolver el caso de su negativa de pensión. Le pregunté por qué era pensionado y me dijo que lo habían operado de la columna lumbar, me espanté tremendamente, me di cuenta que el INSS no está entregando la pensión por operación lumbar, le hice una serie de preguntas y determiné que, si se merecía la pensión, por desgracia no tiene las 750 semanas, o sea no iba a alcanzar la pensión de vejez.

Me dijo que no podía escribir, que si le podía hacer la apelación e inmediatamente se la hice a la ligera.

Como a los seis meses un hombre me contó su historia y deduje que esa historia la conocía, le pedí el escrito de apelación y reconocí mi letra y le dije que tenía que demandar.

El hombre se molestó, dijo que no era capaz de hacer eso, guardé silencio y cambie de lugar para evitar seguir apoyando a un masoquista o fanático.

El autor es abogado.

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