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Paquete de leyes que erizan

En este país las puertas a la Presidencia de la República a los opositores están cerradas por maniobras del régimen. Las recientes pseudo leyes aprobadas por la Asamblea Nacional sandinista no tardan en llegar del Ejecutivo, más temprano que tarde se reciben, se dictaminan y se aprueban en el Legislativo orteguista. Ese es un claro indicativo de su debilidad.

Esto también demuestra la vulnerabilidad de la dictadura. Ante la presión de la opinión internacional, y de organismos externos y grupos políticos que demandan apertura de movilización, la única respuesta que da son actuaciones represivas.

La dictadura cree que se protege gobernando mejor con cierres de espacios y bajo amenazas al estilo de Vladimir Putin.

Está claro que las elecciones del 7 noviembre le confieren el triunfo anticipado a Daniel Ortega, de una manera ilegal, por las inhibiciones a sus potenciales oponentes y virtuales ganadores, entre los cuales se destaca Cristiana Chamorro viuda de Lacayo. A toda costa Ortega cree que ideando estas prácticas de exclusión y persecución que aplicó con este paquete de leyes trata de desmoronar a la oposición porque sabe que si enfrenta con todas las garantías, perdería fuerza, incluso una nueva Asamblea constituyente. Las actuales leyes se revierten y le caería el peso de la ley a él y sus adláteres.

Durante las protestas de la resistencia estudiantil del 2018 no hubo reflexión ni voluntad de diálogo franco del dúo Ortega y Murillo, más bien hechos violentos que todavía siguen causando efectos. Por eso Ortega y su consorte como estrategia y revanchismo dieron largas el asunto; esperar tres años para convocar a elecciones, donde para ellos y sus seguidores hubo un aparente conflicto superado. Celebrar ahora una contienda electoral con aires de fraude a toda vista, con la venia y participación de partidos aun refrendados por el Estado y algunos cómplices dispuestos a participar de esta farsa so pretexto de que si no participan le quitan la personalidad jurídica. —Buena justificación— ¿Qué hacer en estas circunstancias? Aunque parecen inútiles lo mejor es no participar en esta farsa y esperar un ciclo más para que la comunidad internacional declare a Ortega como gobernante de facto.

Hay un refrán popular que dice: “El que las usa, las imagina” y a propósito de la nueva Ley de agentes extranjeros aplicadas a sus opositores, al respecto quiero compartir confesiones del propio Daniel Ortega. El tuvo distintas fuentes de financiamientos externos, lo que prohíbe ahora. Cuando perdió el poder en el noventa, el financiamiento externo para los gastos personales de Ortega fue suministrado por el exlíder terrorista libio Muamar Al Gadafi. Se conoció también que el fallecido dictador financió 10 millones de dólares al FSLN para su campaña en el 2006. ¿Se imaginan ustedes qué hubiera pasado si en los gobiernos democráticos se hubiera aprobado la Ley de agentes extranjeros? Obviamente incendia el país.

El tema de estas leyes aprobadas por este órgano legislativo debería estar en la agenda para eliminarlas ante un eventual nuevo gobierno, si las condiciones lo permiten. No estoy estereotipado al decir si se debe votar o no. “Cada quien es dueño de su propio miedo”, como dijo el doctor Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, porque yo tengo mis reservas.

De esta manera, les digo a los opositores: construyan realidades no ilusiones porque el hartazgo de la gente se nota por los ataques enconados del uno y del otro.

El autor es vicepresidente de la Asociación de Periodistas de Nicaragua (APN).

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