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Familia vicentina en América

El pasado 27 de septiembre se cumplió el 361 aniversario de la muerte de San Vicente de Paúl, ocasión para recordar sus obras motivadas y movidas por el amor de los amores: Jesús. Fue por la gracia de Dios, sacerdote católico francés, el personaje más representativo del catolicismo en la Francia del siglo XVII.

San Vicente de Paúl fue el fundador de las Conferencias de la Caridad (hoy llamadas AIC) en 1617, también de la Congregación de la Misión, llamada Misioneros Paúles, Lazaristas o Vicentinos (1625) y, junto a Luisa de Marillac, de las Hijas de la Caridad (1633). Fue nombrado Limosnero Real por Luis XIII, función en la cual abogó por mejoras en las condiciones de los campesinos y aldeanos.

San Vicente logró la más grandes congregación de la Iglesia católica expandida en muchos países, dedicada a la atención no solo de pobres, sino también de niños abandonados, enfermos, soldados heridos, esclavos, desamparados, mendigos, refugiados de guerra o condenados a galeras, y aún hoy en día continúan muchas de sus obras de asistencia material y espiritual.

San Vicente es el patrono de las obras de caridad, por ello decía: “Los pobres son nuestros señores y maestros de vida y pensamiento. Junto a ellos la inteligencia se esclarece, el pensamiento se rectifica, la acción se ajusta, la vida se modela desde el interior”.

San Vicente falleció el 27 de septiembre de 1660 a la edad de 80 años, fue beatificado el 13 de agosto de 1729, y canonizado el 16 de junio de 1737. Su festividad se celebra el 27 de septiembre.

La obra de San Vicente se extiende hasta nuestros días y está presente en todo el mundo, a través de la Asociación Internacional de Caridades (AIC), Congregación de la Misión (CM): Sacerdotes y Hermanos, Hijas de la Caridad (HHC). Mujeres dadas a Dios para el servicio de los pobres, que viven en comunidad conforme a una Regla. Sociedad de San Vicente de Paúl (SSVP), Juventudes Marianas Vicencianas (JMV). Asociación de la Medalla Milagrosa (AMM).

La familia vicentina se ha ido trasformando a las circunstancias del mundo actual sin perder su origen, para ello ha conformado confraternidades de radio y TV, educadores, asesores, psicólogos, abogados, exalumnos, músicos, traductores, indígenas, poetas, vicentinos en la frontera/diáspora, diseñadores gráficos, reflexiones bíblicas, periodistas y escritores, redes sociales, niños y niñas vicentinas, amas de casa, celebraciones y liturgias, vicentinos compartiendo el carisma con personas habitantes de calle, trabajadoras sociales, y productores vicentinos. Esto es trabajo voluntario y toda persona es bienvenida.

La confraternidad de abogados ha conformado asociaciones en países donde tenemos presencia con el fin de servir como asesores a los desprotegidos, actualmente los países de Perú y Argentina ya cuentan con su respectiva asociación y México esta en tramite de legalización.

Los vicentinos somos laicos, personas con defectos que buscamos el reino de los cielos por medio de socorrer a los enfermos y necesitados y nuestra cercanía a nuestra Iglesia católica.

El autor es abogado, integrante de la Sociedad San Vicente de Paúl.

Opinión América
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