Opino esta vez acerca de la polémica planteada ante la más reciente propuesta del Gobierno de Nicaragua para nombrar al secretario general del SICA, posición que le corresponde según rotación, pero que a la fecha ya cumplió un año de estar acéfala ante la negativa de algunos gobiernos centroamericanos de aceptar anteriores propuestas de candidatos del presidente Daniel Ortega.
Para comenzar a comprender mejor qué es el SICA, voy a compartirles la información que encontré sobre dicho organismo. Sus objetivos institucionales son el compromiso con los propósitos y objetivos del Protocolo de Tegucigalpa y sus instrumentos complementarios.
Basado en ello, el comité consultivo establece los siguientes objetivos institucionales: Desarrollar y fortalecer la capacidad de la sociedad civil para actuar conjuntamente en la formulación de propuestas dentro del marco del SICA. Proponer e impulsar recomendaciones orientadas al fortalecimiento del proceso de integración y a solucionar problemas del mismo. Elevar la capacidad de participación y de protagonismo de la sociedad civil en el proceso de integración. Constituirse en un canal de expresión de la sociedad civil organizada regionalmente. Contribuir a que el proceso de integración regional responda a las necesidades reales de la población centroamericana. Buscar, mediante la concertación, niveles crecientes de consenso. Promover con su ejemplo mecanismos de concertación y diálogo democrático en la región y velar por los intereses de la sociedad civil centroamericana.
También encontré que la misión del SICA es promover la participación activa de la sociedad civil, para que el proceso de la integración responda efectivamente a las necesidades e intereses de la población de la región, contribuyendo a la efectiva observancia y ejecución de los propósitos, objetivos y principios del Protocolo de Tegucigalpa. La visión que tienen es ser un órgano participativo, representativo, intercultural, diverso, legítimo, influyente; de obligatoria consulta y con capacidad de gestión, de propuesta y seguimiento; para la incidencia en las políticas públicas regionales y en los procesos de la integración en favor de los intereses inmediatos y estratégicos de los sectores y poblaciones de la sociedad centroamericana.
Creo que aquí caben dos preguntas. La primera es, ¿cuántos de estos principios se han cumplido desde su formación? La otra pregunta podría ser, ¿de qué nos hemos perdido en este año de inactividad (del SICA)? Las repuestas y elucubraciones se las dejo a ustedes mis amigos lectores.
En lo que sí quisiera enfocarme y es en realidad lo que motivó este artículo, es una filtración y una frase de Rodrigo Chaves, presidente de Costa Rica, que a mi juicio abren o revelan la posibilidad de que los conflictos actuales de nuestra sociedad podrían estar llegando a su fin.
La filtración a que me refiero es la noticia que reprodujeron varios medios de comunicación, de que el presidente Chaves y el presidente Ortega habían tenido una conversación telefónica al respecto. En cuanto a la frase, considero relevante que en la contestación a los ocho expresidentes costarricenses que le enviaron una carta exponiendo sus posiciones sobre el posible nombramiento del nuevo secretario general del SICA, les contestó que su decisión estaba siendo consensuada con gobiernos amigos con intereses comunes incluyendo los Estados Unidos y europeos.
Basado en estas dos observaciones que para algunos podrían ser peregrinas, considero que si en los próximos días nos enteramos que ya el SICA tiene secretario general que fungiría por los próximos tres años, este nombramiento podría ser el primer indicio que el bien común y la necesidad de una convivencia pacífica basada en los principios de la democracia comienzan a germinar.
Para finalizar, deseo dejar sobre la mesa una reflexión sobre tres organismos regionales que a mi juicio deberían tener más incidencia en nuestras sociedades. Me refiero al parlamento centroamericano (Parlacen), a la Corte Centroamericana de Justicia y al Sistema de Integración Centroamericana (SICA). Creo que si los gobiernos tomaran más en serio sus fallos y recomendaciones, en el mediano plazo tendríamos sociedades más saludables en todo sentido.
El autor es directivo nacional de las Fuerzas de Veteranos de Guerra de la Resistencia Nicaragüense.
