El representante del Vaticano en la OEA, que es observador permanente en la organización hemisférica, intervino en la sesión extraordinaria del Consejo Permanente, el pasado 12 de agosto 2022. Expresó la preocupación de la Santa Sede por la situación que vive Nicaragua e hizo un llamado para que las partes puedan encontrar un camino de entendimiento basados en el respeto y en la confianza recíproca, buscando ante todo el bien común y la paz.
Es significativo que la diplomacia del Vaticano haya decidido expresarse en un foro multilateral, dejando a un lado las gestiones bilaterales anteriores, debido a la expulsión del nuncio apostólico el pasado 6 de marzo de 2022; y más aún que lo haya externado en el organismo más repudiado por el régimen, en una sesión en que la represión y abusos contra la Iglesia católica y los medios de comunicación independientes fue condenada enérgicamente por el 80 por ciento de los Estados miembros de la OEA (27 de 34).
La expulsión del nuncio fue para acallar la voz del Vaticano que abogaba por los presos políticos y su liberación, pero en vez de lograrlo ha ocasionado que esa importante voz internacional, se escuche más fuerte. Se fortalece la gestión de la OEA con la participación del Vaticano. El reclamo internacional crece: la UE, Reino Unido, EE.UU., Canadá, la OEA, el Vaticano, entre otros y el aislamiento del régimen se profundiza cada vez más, augurando un futuro de mayores dificultades para el país.
Los nicaragüenses debemos asegurar el restablecimiento de la libertad y la democracia para que tengamos un futuro de progreso en paz, con el respaldo internacional.
El autor es presidente de Honor del Partido Conservador (PC).