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Periodistas disfrazados de turistas

Vi recientemente en las redes sociales a dos periodistas mexicanos que volaron a Costa Rica y luego cruzaron a Nicaragua por tierra, haciéndese pasar por turistas, arriesgando sus vidas como suele ocurrir con tan digna y peligrosa profesión en países totalitarios como el nuestro. Estos jóvenes, que lograron burlar a la policía sandinista, se las ingeniaron para conversar con gente de los mercados, ciudadanos de a pie y con taxistas, corriendo también el riesgo de ser denunciados por uno de estos, lo que  no llegó a darse demostrando una vez más sinergia y empatía. Para luego informar con testimonios de primera mano cuánto ocurre en el país, desde una perspectiva urbana, cooperando con los jóvenes aztecas.

Resulta curioso que en unas imágenes mientras ellos viajan en un taxi por las calles de Managua, el taxista porta en el tablero de su carro una bandera roja y negra, los colores del partido Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), partido de Gobierno, narrando el conductor que el descontento en la ciudadanía, e incluso en algunos sectores afines a Daniel Ortega, crece cada día más. Él mismo seguramente sea otro desilusionado y quien deba mantener las apariencias para evitar el linchamiento.

Está claro que al régimen lo sostienen las armas, y toda esa vieja leyenda de la afamada “revolución” que en sus inicios fue aplaudida por medio mundo, está por el piso ahora, volviéndose un sistema arbitrario y represivo, con casi doscientos presos políticos, con una brutal represión hacia sacerdotes y obispos, con un éxodo diario por muchos puntos ciegos en busca de un trabajo y mayor estabilidad en el extranjero y de un endeudamiento supremo de la nación.

El periodismo ya dejó de ser de catacumbas, como lo fue en un tiempo, ahora los noticieros no transmiten más que hechos sociales, ambientales o deportivos, no abordando nada que tenga que ver con denuncias o hechos políticos. Los periodistas ahora laboran desde el exilio, como en el caso de los reporteros y editores del Diario LA PRENSA, 100% Noticias, La Mesa Redonda y muchos otros medios más, quienes lo hacen desde Costa Rica o de ciudades de Estados Unidos, sobre todo.

Y también están los presos políticos, hombres y mujeres de prensa tras las rejas como Pedro Joaquín Chamorro y su hermana Cristiana, Miguel Mora y Miguel Mendoza, quienes guardan prisión junto a líderes políticos, miembros de la sociedad civil, empresarios y hasta conductores como es el caso de los trabajadores de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro.

Pero ahora, en países totalitarios donde se irrespeta el derecho a informar las redes sociales juegan un papel fundamental, por lo cual incluso intentaron censurarlas aunque no pudieron. En efecto desde la insurrección de 2018 el régimen trató de regular el uso del internet, y lo restringió de lugares públicos como los parques (donde antes los había colocado), pero la ciudadanía se las ingenia para denunciar e informar sobre el asedio.

De esa Nicaragua, aunque con muchos problemas en los gobiernos de transición en los que jamás dejó de imponerse la barbarie sandinista, y de los errores democráticos, no va quedando nada. El temor a caer preso o ser reprimido por turbas o paramilitares, ha cambiado la imagen del país, aún con toda la propaganda gubernamental por querer hacerle ver a la opinión pública que “todo marcha bien”.

También las universidades que han sido cerradas y muchas organizaciones y fundaciones han perjudicado al periodismo, lo que demuestra un elevado deterioro institucional nunca antes visto en el país, no habiendo una salida inmediata a la crisis, pero conscientes de que en cualquier momento podrá darse un estallido social que frene tanta impunidad y tanto deterioro.

Sea como sea, el periodismo continuará con su misión histórica y necesaria. También la prensa internacional empieza a interesarse más por Nicaragua, como estos valientes comunicadores mexicanos que lograron burlar a las propias autoridades de Migración, y como lo seguirán haciendo desde otras trincheras mediáticas y creativas para mantener informada a la población.

La autora es empresaria y emprendedora, de origen nicaragüense y nacionalizada estadounidense. Actualmente se ha postulado al cargo de comisionada por Miami Dade.

Opinión denuncia Nicaragua periodistas represión policial
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